Mientras punteaba la guitarra del silencio
agrietado y melancólico,
recuerdo su oleaje rompiendo mis cadenas
y besando mi tormenta.Cuánto se tarda del cielo al mar
para vernos otra vez,
cuándo alcanzaré su inmensidad
con traspiés mis nubes de papel.Enfrentados con viento de levante.
Quisiera navegar profundo
para demostrarte,
fugitivo enamorado de los mundos
del fuego y sus piruetas,
que eres juez y verdugo
de mis revueltas más internas.Quiero volver a besar tu cuerpo
en la línea difusa
que divide tu mar de mi cielo...