Prólogo

993 61 7
                                    

Tiendo a contemplar mi alrededor y filtrarlo con palabras y colores. También suelo recurrir al cínico por qué y sus encuentros fortuitos. Acostumbro a pasar tiempo en soledad viajando por mis mundos internos y cuidando cada paso. Me intriga mucho el mar de dudas del que estamos hechos y quizá ése sea el mayor culpable de este poemario. Guardo en mis bolsillos algún que otro sentimiento parecido al amor, pero sobre todo, nostalgias. Las personas me causan mucha impresión y, a veces, me camuflo entre el tumulto para observar más de cerca. Vivo expuesto a la intemperie del tiempo, como cualquier otro humano, y me asusta cada vez que me empuja. En lo sublime encuentro lo bello porque acaricia mi esperanza y amansa mis demonios de sus amenazas. No tengo nada en propiedad, pero sigo apilando mis ideas entre blocs para nunca olvidarme de mi camino. Me enamoré de Sevilla y su embriagador perfume en dos mil diecisiete, y desde entonces paso muchas tardes contemplando su naranja. Este poemario es una constante auto aceptación de mi levedad como habitante del planeta para hacer más llevadero los meneos fortuitos de la vida que nos dan, y de paso, tratar de agregar algo de lirismo por el camino. Todo lo demás, son excusas.

Vísceras y letrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora