En épocas del siglo XVIII el rey y príncipe tenían el poder hacia quienes ellos quisieran, tanto así para obligarlos a cosas que ellos no deseaban...
Como casarse...
Ahora tendrá que soportar un muy berrinchudo esposo. El cual amaba pero....
Yoongi...
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Yoongi estaba en la cocina pensando en lo que acaba de hacer. Okey, lo beso, y valla que lo hizo, pero aun así, eso no significa que lo ame, o tan siquiera lo quiera, solo que hace mucho que no besaba a alguien que lo hacía bien.
- ¡AH! – Se espanta cuanto escucha que algo detrás de él se cae. Voltea y es un pelinegro con los hombros un poco anchos y delantal.
- Disculpe joven Min, no quería asustarlo – Hace una reverencia y aprovecha para rejuntar la hoya vacía que se le cayó.
- No te preocupes – Sonríe – Y no seas tan amable conmigo, apenas tengo 18.
- Lo sé joven Min, pero usted será el nuevo rey, y parte de la familia real, tengo que tratarlo con respeto – Se acerca junto a mi a la mesa donde se encuentra sentado. A este chico no le importaban las reglas.
- Pues no me importa, yo no seré parte de esta familia – Se cruza de brazos.
- Pero si te casaran con el príncipe Jimin – Sonríe burlesco.
- Si, p...-
- Me hablaban – Habla en un tono firme y a la vez sensual.
- No, lárgate – Le indica con su mano.
- Pero si acabo de llegar – Sonríe acercándose a él – Vamos, tenemos que comprar ropa para ti.
- No quiero, ve tu – Hace un puchero que al príncipe le pareció muy tierno.
- No te estoy pidiendo permiso – Agarra con ambas manos las caderas de Yoongi para cargarlo en su espalda y nalguearlo al llegar a la puerta.
- ¡Oye! ¡Bájame! ¡Bájame Park! – Le pega en la espalda para que cumpla con lo antes dicho. El príncipe le hizo caso omiso ante su petición.
- Yo iré con ustedes – Habla SeokJin tomando su bolso de mandado – Tengo que comprar comida, ya casi no hay.
- Pero no tiene ni dos días que compramos – Se acerca Namjoon.
- Pero tú sabes que todos somos unos tragones y nos acabamos todo en un día – Le mira.
Namjoon solo carcajea – Lo siento – Se acerca a él y lo toma de la cintura abrazándolo viéndolo directamente a los ojos con una sonrisa.
- Amor – Le susurra Seokjin cuando le empieza a decir cosas lindas.
- ¡Oigan par de patos! ¡Díganle que me BAJE! – Y vuelven a ignorarlo – ¡Ah! – Suspira aceptando y se recarga en la espalda del azabache.
- ¿Ya te resignaste? – Sonríe.
- Cállate – Susurra casi durmiéndose en su espalada.
- No te duermas no hemos llegado.
- No me molestes – Y siente como los fuertes brazos de su prometido lo bajan delicadamente – Oye, ya me iba a dormir – Se talla los ojos. Se da cuenta de que Jimin lo está mirando mucho - ¿Qué me ves?
