-Capítulo 14-

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Había llegado cinco minutos antes pensando que el joven la encontraría sentada en el lugar, pero su sorpresa fue enorme cuando lo vió a través del ventanal hablando en la barra con una muchacha

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Había llegado cinco minutos antes pensando que el joven la encontraría sentada en el lugar, pero su sorpresa fue enorme cuando lo vió a través del ventanal hablando en la barra con una muchacha. El reflejo no le dejaba ver quien era.

Por instinto no utilizó su ojo izquierdo no quería encontrarse a ningún espíritu alli. Se frotó las palmas de la mano con un frio endemoniado que se le colaba en los huesos y recordó los fragmentos de cristales que Ariel le había quitado cuando aquel joven se suicidó delante de ella. Se sacudió de estremecimiento al momento que la memoria le jugaba una mala pasada. Quizás no había sido bueno citarlo en el mismo bar de siempre... sin embargo Luz no era supersticiosa y pensaba que el lugar era encantador no quería atarlo en su mente a sucesos siniestros porque el mismo lugar había sido testigo de su amor juvenil con Ariel. Eran más el volumen de los recuerdos bonitos que el peso de los amargos.

Ariel no la había visto. Aprovechó a acomodarse la cabellera que ahora llevaba suelta y se dio cuenta que la chica de la barra era Mariana. Suspiró y se dio ánimos. Vale le respondió: "Ni que te siguiera gustando". Luz no pensó en nada lo que le resultó sospechoso a Valeria. "¡Te sigue gustando!" Le grito en el odio y la joven hizo una mueca. "¿Te callas un poco?".

Entró al bar y Ariel se dio vuelta para contemplarla. No llevaba su uniforme escolar y ciertamente se la veía más adulta con el tapado y el atuendo de pantalón ceñido y camisa con sweater de cachemira con rombos color verde agua. Por un instante sintió que la miraba demasiado y no le estaba prestando atención a Mariana. Se obligó a sí mismo a seguir escuchando a la muchacha mientras saludaba con una sonrisa a Luz.

Esta vez ella fue por el beso y el por la mano. Mal cálculo. Ella terminó abrazándolo y comprimiendo su brazo bajo su pecho.

—Hola Ariel ¡Mariana tanto tiempo! ¿Ya no trabajas de camarera? — Preguntó con curiosidad al verla en la barra.

—Ahora soy la accionista, el dueño quería vender después del incidente de aquel muchacho y el bajón en las ventas y con mis compañeros armamos una cooperativa y lo reflotamos. Se lo compramos y ahora es nuestro. — Respondió la muchacha con visible alegría.

—¡Bueno felicidades para vos y tus socios! Me hubiera roto el alma que hubieran cerrado.

—Y mirá eso: ahora tenemos una librería al fondo, entre el patio y los baños. Es pequeña pero decidimos aprovechar tantos chicos y chicas universitarias que vienen por las tardes. Tenemos clásicos y ediciones interesantes.

— ¿Algo de Agatha Cristhie? — Preguntó la joven interesada —O Byron puede ser Lord Byron.

—Si creo que tenemos una edición en inglés tapa dura de El corsario... si te interesa. De Agatha tenemos muchísimos, es una autora que siempre está vigente viste: los porteños simplemente aman los misterios. Aunque ahora el romance está en auge. —Dijo mirando a Ariel. — Te recomiendo Los misterios de Udolfo de Anne Radcliffe es una autora de novela gótica... si te gusta Byron y esos climas. Cuando tenía tu edad la descubrí por casualidad mientras leia La abadía de Northanger, claro que pensaba que era una autora inventada por Jane Austen y ¡No lo era!

The Pledge  (Libro # 2 de The path )Where stories live. Discover now