-Capítulo 18-

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Las cosas parecieron sucederse en cámara lenta, primero Valeria se esfumó y luego el monstruo estaba frente a ella levantando la cuchilla que brillaba con la frialdad de la cercanía de la muerte segura

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Las cosas parecieron sucederse en cámara lenta, primero Valeria se esfumó y luego el monstruo estaba frente a ella levantando la cuchilla que brillaba con la frialdad de la cercanía de la muerte segura. Cerró los ojos para no ver el arma de Facelessman hundirse en su cuerpo cuando sintió que unos brazos musculosos la apretaban fuertemente girándola bajo el peso de un cuerpo que no supo reconocer. Los abrió y vio la sangre negra correr por una herida del arma que había rasgado un saco de diseñador verde musgo. El quejido mudo del hombre herido la devolvió a la realidad de golpe.

— ¡Mondrake! —gritó Luz al reconocer al demonio.

Luego de herirlo, el ser, se había esfumado con un agujero en la cabeza que comenzaba en su parte posterior y atravesaba el centro de su cráneo allí donde las garras del demonio habían sido clavadas con violencia. Sin embargo era como si la herida que lo atravesaba no fuese más que un rasguño. Facelessman estaba de pie cuando se convirtió en una nube negra y él dueño del pub cayó de rodillas con la cuchilla aún clavada en sus costillas.

—¡Plata! ¡Hijo de Puta! —Gritó con un rugido inhumano y desconcertante. No podía arrancarla sin quemarse en el intento. El dolor era fulminante y sudaba como una persona chorreando la transpiración por su frente. Luz creyó ver las sombras de unas alas invisibles replegarse dentro del cuerpo del demonio, pero le echó la culpa al stress de la situación. Estaba cara a cara con él y apenas se animaba a moverse para ir a su encuentro. Se había interpuesto frente a ella y la había empujado a una velocidad increíble.

—¡Sacale la cuchilla Luz! ¡Lo está matando! — Gritó Allan que parecía descompuesto detrás del demonio. La conexión suya con el demonio era más fuerte de lo que él suponía y al estar él retorciéndose de dolor en el piso por la plata pura, le enviaba sendos choque eléctricos a al inglés, alertándole del peligro que corría su salud.

La joven gateó en el piso acercándose más y con fuerza quitó la cuchilla encajada en el costillar de Mondrake. Sacarla le llevó todas sus fuerzas, y pudo ver como la herida parecía quemar en el cuerpo de su salvador. Mondrake se llevó las manos al costado. Su rostro estaba macilento, desencajado en una máscara de dolor. Parecía un ángel caído. Iriana vino raudamente a su encuentro y lo levantó del brazo colocando el peso de su cuerpo del lado que no estaba herido sobre el cuerpo ella.

Luz examinó la temible cuchilla que ahora reposaba en sus temblorosas manos. Parecía un arma hecha de una sola pieza entera y moldeada aparentemente en plata, por lo que podía evidenciar en las heridas de Mondrake. Aún tenía sangre negra y con su ojo izquierdo que se oscureció a su mandato pudo ver un rastro verdoso que la cubría. Sus manos comenzaron a temblar al comprender que era el mismo rastro que había observado en el hospital. Un rastro demoníaco. Eso eran aquellas manchas verdes. Su madre había sido capturada por demonios o al menos estos habían estado involucrados en su desaparición.

Allan comenzó a ver como Luz se descomponía en el piso pero no llegó a tiempo para evitar que devolviera las tripas de la impresión. No sabía que esta se debía a la certeza del peligro en el que se hallaba su madre. Le quitó la cuchilla de la mano y la observó cuidadosamente.

The Pledge  (Libro # 2 de The path )Where stories live. Discover now