-Capítulo 19-

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El auto de Mondrake era negro como como un cuervo en la noche, con los vidrios polarizados y toda la estructura blindada por protección

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El auto de Mondrake era negro como como un cuervo en la noche, con los vidrios polarizados y toda la estructura blindada por protección. Raras veces lo conducía el mismo, pero cuando lo hacía, amaba la velocidad. Solía correr por las calles de noche con una temeridad increíble y parecía que algo de eso sobrevivía en el día porque su imprudencia al volante era total mientras los conducía por las calles y avenidas porteñas.

—Mondrake ¡queremos llegar vivos! — Gritó Luz que iba sentada a su lado y cada dos minutos se atajaba del cinturón de seguridad.

Una carcajada del demonio le indicó que su advertencia le divertía y que evidentemente ya estaba mejor del ataque de Facelessman. Era paradójico pensar que había arriesgado su cuero por ella y ahora parecía un jovencito divirtiéndose a expensas del tráfico citadino. Su risa era prístina y desafiante. Mientras tanto Luz se aferraba pidiendo por su vida y la vida de los demás.

Allan y Luciana estaban atrás y cada tanto, la joven emitía unos grititos como de gusto. Claramente era más relajada que Luz. Las risas de Allan le sonaron como un latigazo en la nuca. Se dio vuelta a mirarlo con cara de "Cortala ya mismo, esto no es divertido". Vio la mano del joven apoyada sobre la rodilla de Luciana y una oleada de calor invadió sus mejillas. ¿Por qué estaba actuando así con ella? Valeria le respondió: "si no lo conociera tan bien te diría que le gusta pero huelo a gato podrido y no me refiero a ella, ella no parece un gato, parece una pobrecita de telenovela. En este caso la malvada parecés vos con la cara que estás poniendo ahora". Luz trató de relajar la mandíbula que la tenía tan apretada al punto de que los molares dolían en sus encías. Tocó el antebrazo de Mondrake y le dijo:

—Queremos llegar enteros y sé que podés ser "El transportador" pero me estoy mareando y fue un día complicado.

Mondrake dejó de sonreír y lentamente quitó el pie del acelerador.

—¿Mejor? — Dijo mirándola por el espejo.

—Muchas gracias... Por todo. — Luz se mordió la lengua pensando "¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué me protegiste de Facelessman y dejaste que el médico mintiera abiertamente de mi salud?"

—Ni que lo digas. Ahora un consejo mientras los tortolitos de atrás boludean. — Dijo por lo bajo Mondrake y de pronto Luz se dio cuenta que no había movido sus labios. Que sus labios estaban cerrados en una mueca relajada. Una expresión de sorpresa hizo que se quedara sin aliento, pero lo recuperó prontamente.

—No te alarmes a veces puedo comunicarme como el profesor Xavier...No funciona siempre y es desgastante, así que digo lo que tengo para decir y termino: cuídate de Luciana, no me agrada nada ella o la situación. No te quedes sola con ella. — Y luego Mondrake parpadeó violentamente dando un volantazo al esquivar un peatón que cruzaba donde le correspondía. No había estado mirando el trayecto de camino mientras estaba concentrado hablando mentalmente con ella. Era escalofriante.

Luz respiró alarmada y así como dejó de escuchar la melodiosa voz del demonio en su mente Valeria apareció y dijo. "Oh mierda, ¿Se puede meter en tu mente?" "Calmate, me tomó por sorpresa a mí también pero por si las dudas cortemos todo pensamiento"

The Pledge  (Libro # 2 de The path )Where stories live. Discover now