Hace medio año desde que Luz descubrió que tiene poderes de Medium. Su Don crece cada día, pero ser Medium no garantiza que su vida en la secundaria fuese mejor, ni más simple.
Luciana Lipovesky es una alumna de tercero, que es atacada por una ley...
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—Bastard! Piece of shit! — Allan entró como una tromba y empujo al demonio que para variar estaba en la barra con un Bailey's , le agarró de la solapa de su saco purpura de corte de diseñador y lo acercó hacia él buscando pelea. Mondrake solo reía con una carcajada sonora y eso lo enfureció más al irascible psíquico que lo escupió en la cara.
Mondrake se soltó de las manos del británico, sacó el pañuelo de seda negro de su bolsillo superior y se limpió el rostro. Ya no sonreía. Lo volvió a guardar con absoluta teatralidad y lentitud. Más veloz que un rayo movió su puño y lo encajó en la mandíbula del joven, que de la violencia del golpe cayó de espaldas al suelo derribando un par de butacas altas consigo.
—Si querés seguir peleando puedo hacer esto toda la noche, pendejo idiota.
—La vieja sacó a Sabrina del medio y ahora me metiste a Cherrie Pie, again! Yo estoy para ayudar a Luz no él. —Balbució agarrándose la mandíbula inferior que le dolía y le llenaba la sien de fuertes aguijonazos al oído.
— ¿Creíste que te iba a dejar el camino libre al corazón de mi subordinada? Pero por favor... Los humanos son tan predecibles... incluso los que ya están condenados.
Iriana sirvió un Baileys al lado del de Mondrake y el demonio le tendió la mano mientras el psíquico se limpiaba el hilo de sangre de la comisura de la boca. Los ojos del demonio brillaron anaranjados con una llamarada lujuriosa, el psíquico era bastante atractivo y el olor de su sangre lo hacía más apetecible para alguien que siempre era indulgente con sus deseos carnales.
—No seas tan libidinoso que hoy no estoy para enrollarme contigo, precisamente...— Dijo Allan recuperando el aliento y estirando el brazo para tomar el trago luego de contemplar la expresión del demonio.
—Técnicamente tu trasero ya me pertenece. Esperar por el o forzarlo después es lo mismo para mi loverboy. A parte ya probé el pandulce —respondió el demonio con una sensual sonrisa que mostraba sus afilados colmillos como un lobo que marca su territorio.
—Sos repugnante— escupió él psíquico y para variar era lo que pensaba en realidad, no un insulto para hacerse el gracioso, como era su hábito.
—Ay gracias, me emocioné. Bueno ya que estás aquí...—comenzó a hablar irónicamente el dueño del pub.
—¿Cuándo le vas a decir a Luz que sos quien tiene a su madre y tu papel en todo esto?. —Le enfrentó el psíquico.
—Me parece que te equivocaste, no es una democracia, esto es un reinado. Reinado suena mejor que dictadura y con más clase ¿No? Pensá que entonces vos estas tratando de seducir a una princesa...pero sos un simple lacayo mío. ¿Ves cómo funciona todo? —respondió el demonio con toda la clase del mundo.
Allan lo miró con el brillo del odio palpitando en su mirada y apuró el trago. Lo apoyó en la barra y el demonio sonrió ladinamente.
