Hace medio año desde que Luz descubrió que tiene poderes de Medium. Su Don crece cada día, pero ser Medium no garantiza que su vida en la secundaria fuese mejor, ni más simple.
Luciana Lipovesky es una alumna de tercero, que es atacada por una ley...
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El viaje en colectivo lo hizo ojeando La historia interminable. "¿No estuve muy dura con él? ¿No?" Se preguntó a ella misma, pero en su lugar respondió Valeria. "Sabes. Si todavía guardas sentimientos para con él esto se puede poner feo en dos minutos. Así que hablemos con el corazón en la mano... bueno la que tiene corazón de las dos."
"Claro que tengo sentimientos por él... ¿que pensás que soy de hielo?" Respondió en el interior de su mente sin realmente controlar las repercusiones en su amiga. El colectivo pasó por un bache y Luz saltó un poco. El bache le pareció muy sospechoso pero Valeria enmudeció de repente. Luz decidió sacar el teléfono celular para no parecer una loca de atar y habló en voz alta:
—Vale, no te me pongas así, lo que tu hermano y yo vivimos fue amor... estoy convencida. Yo lo amaba cuando lo aparte de mi porque... bueno no podía seguir con esa vida asi y se estaba volviendo muy serio, mentirte a vos era muy difícil para mí. — Habló Luz por el teléfono. No hubo respuesta de Valeria hasta que unos minutos de silencio que se hicieron eternos Valeria habló:
— ¿Y qué sentís por Allan?
—No lo sé. Yo... le quiero mucho pero, no lo sé. Es cierto que el me hace vibrar y besarlo es sexy, divertido y si quiero más de él, pero hoy que lo vi a Ariel... yo no sé si siento por él, es lo mismo que sentía por Ariel. Es muy complicado para mí. Lo siento.
—Sí, pero es mi hermano el que está en el medio y yo lo voy a cuidar a él de la manera en la que pueda...
—Vale ¿Eso qué significa? — Preguntó Luz con cierto temor en la voz, pero no obtuvo respuestas. Valeria se había ido. En su mente revoloteó el recuerdo de la Valeria maldita y fantasmal de The path que el juego obligaba a actuar. No quería perturbarla y que toda esa faceta siniestra saliera nuevamente a la superficie.
Luz estaba meditabunda. Guardó el libro que tenía en su regazo al ver que su parada estaba próxima. Procuró colocarlo en una funda de libros que siempre cargaba con ella con un estampado de las Sailor Scouts y lo colocó en el medio de su cartera para más seguridad. Si protegiera su corazón lo mismo que a sus libros, quizás tendría todo mas claro. ¿Qué demonios estaba sucediendo con ella?
—¡Luz! — Gritó alguien a su espalda y se dio cuenta que Griselda la estaba llamando. Había genuina preocupación en su mirada. Griselda aguardaba vestida con un hermoso vestido de lunares y un saquito rojo. Ella era resplandeciente y con sus lentes le recordaba a Penelope de Criminal Minds pero mucho más joven y rebelde. Su sonrisa luminosa apareció antes de que Luz llegara a saludarla.
—Me llegaron todos los rumores de que estuviste internada y lo de tu madre... me moría por saber cómo estabas ¡Qué bueno verte de nuevo! ¿Cómo estás?.
Usualmente las amistades no se le daban muy bien a Luz pero Griselda era una persona luminosa que incitaba a la conversación, quizás porque en su lugar de trabajo hablar muy alto estaba prohibido. Era obvio que no le contaría la verdad pero resultaba entretenido conversar con alguien que no era ni un demonio ni un fantasma o lo que era peor... un ex. La joven sonrió apesadumbrada.
