⤖𝑷𝒓𝒐𝒍𝒐𝒈𝒖𝒆⬻

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Corea del Sur, Siglo XV.

"Tienes que estar bromeando... ¿Cómo pudiste haber hecho esto padre?"

Aquel joven de cabello negro y ojos castaños miraba a aquel que se hacía llamar su padre. ¿De verdad  debería seguir llamándolo de aquella manera?

"Aún no lo entiendes, pero en algún futuro cuando renazca tu alma podrás entenderlo."

"¿Renacer? Esos son disparates, nadie cree en esas cosas que dices."

"Deberías de creerme... Me creerás en algún momento, ahora sella la profecía."

El joven miró aquel escrito que aún le parecía lo más tonto del mundo. Su padre había predicho que el amor entre él y aquel chico de cabellos rubios y ojos oscuros terminaría en una tragedia. Él no quería creer en esas palabras, sin embargo, la vida había sido cruel con él.

Su amado Taehyung se había ido, aquella noche fría y lluviosa, Jimin había visto su cuerpo ensangrentado caer frente a sus pies a causa de un ataque fallido de los guardias de la corona. Ellos le habían arrebatado al amor de su vida.

Con lo que no contaba era con que su padre, quien era acusado por la realeza de brujería, había entrelazado sus destinos esa noche. En un libro rezaba la frase: "Park Jimin y Kim Taehyung; juntos para toda la eternidad".

¿De verdad debía creer en su padre o debía creer que estaba loco?

"El destino es un simple invento tuyo".

"Jimin... No digas eso y sellalo, por favor, sólo quiero que seas feliz..."

Los pasos y los gritos se hicieron presentes fuera de su pequeña casa, los aldeanos seguramente creerían que la vida de su amado había sido arrebatada con la brujería de su padre.

"¡Por un demonio, Jimin! ¡Sella o morirás y será muy tarde!"

Los gritos crecieron y las llamaradas de aquellas antorchas se hicieron más brillantes. Jimin no quería creer, Jimin no debía creer, pero al mismo tiempo se aferró a la idea de, en una futura vida, poder ver el rostro de su amado.

Cuando la puerta fue tirada y el fuego se adentró por completo en su morada, el joven dejó de dudar y derramó su sangre en aquel libro, justo al lado de donde estaban las gotas de sangre de su alma gemela, aquella sangre que había quedado en las manos de Jimin tras sujetar el cuerpo de Taehyung.

De repente aquel lugar se llenó de los gritos de su padre, Jimin tomó aquel libro y corrió fuera de ahí, la gente lo seguía pero debía salvar aquella pequeña esperanza que yacía en aquel libro viejo.

Al llegar al bosque, enterró este lo más rápido que pudo, el resplandor del fuego llegó hasta su visión, una vez que se puso de pie para huir de ahí, su propia voz emitió un alarido de dolor cuando una flecha se había incrustado en su muslo haciéndolo caer.

Lo último que vio antes de que todo se volviera oscuridad fue el rostro del hermano del amor de su vida diciéndole algo que no entendió muy bien, pero lo decía con tanto odio que tal vez se trataba de alguna blasfemia o un insulto.

Después dejó de sentir aquel dolor que fue reemplazado por una punzada en el pecho, seguramente era otra flecha. Esta vez Jimin se dejó ir teniendo como último pensamiento el poder reunirse en otra vida con Taehyung, una vida que no fuera cruel con ellos, una vida que los dejara estar juntos... Una vida feliz desde el día uno.

Hasta su último aliento creyó ciegamente en que las cosas serían mejores... Aún cuando el destino no sería tan rosa con ellos. No habría muerte, pero el dolor estaría presente.

DESTINY »VMIN« #𝑾𝒂𝒕𝒕𝒚𝒔2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora