⋆ Episodio 25┊ . 💫 ˚

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—¿Te parece bien si hoy comemos en la cafetería?

—¿Por qué estás tan empeñado en ello? —JungKook frunció el ceño.

—Pues porque llevamos un mes almorzando en las escaleras —gruñó TaeHyung cruzando los brazos.

—Es más privado.

—Es distante. Ni que fuéramos un espécimen de la sociedad.

—Vaaaale —Giró los ojos convencido—. Lo que quieras lo hago por ti. —Y dejó un beso sobre su sien antes de pasar un brazo sobre sus hombros y cambiar su camino al comedor.

Entraron juntos y mientras JungKook miraba en donde podrían sentarse TaeHyung chequeó un par de miradas sobre ellos. Sin duda alguna las más incómodas, penetrantes, poco descuidadas y chismosas, eran las de las féminas. Apretó el brazo que tenía sobre la cintura de su novio y se movió mecánico al este hacerlo.

La mesa que había elegido Jeon estaba lo suficientemente lejos como para que esas miradas pudieran disiparse un poco.

—¿Sabías que la mayoría de las mujeres ven más atractivo a un hombre cuando ya está acompañado o cuando lo miran otras chicas? —dijo Kim con un leve ceño fruncido y los labios con un puchero.

Más bien, estaba un poco molesto y JungKook lo supo solo por la posición de sus labios.

A decir verdad JungKook era endemoniadamente atractivo porque rompía con todos los estereotipos. La mayoría de todos los que estaban ahí eran simples, sin embargo Jeon era un tanto llamativo. Parecía el típico chico de película americana: sexy, formado, con tatuajes, que no le importa en donde cojones estaba parado. Y lo adoraba, porque como mismo podía ser atractivo y desinteresado, era un detallista y amoroso ser que al parecer se equivocó de cuerpo. TaeHyung estaba seguro de que la suerte no le había venido en esas galletas de la buena suerte, más bien le calló como un huevo sorpresa de chocolate: palpable y muy real.

Demasiada suerte, una que tenía que cuidar.

—Nadie me mira corazón —dijo con una pequeña sonrisa sin despegar los labios mientras se inclinaba para apoyar las manos en la mesa aún estando de pie.

—Eso crees tú Honey. Todas las chicas te están mirando el culo ahora mismo. Gracias al cielo no usas jeans transparentes —Giró los ojos exasperado.

Jeon se mostró confundido y miró a sus espaldas. En efecto, unas más que otras le estaban mirando el culo. ¿Desde cuándo se había vuelto bueno para la sociedad?

—Vaaale —dijo girándose con una ceja alzada—. ¿Esos son celos bebé?

<<Bebé.>>

Eso había sonado demasiado bien para TaeHyung. Sus mejillas corrieron a incendiarse. Era un chico de película américa, si que sí.

—¿Sabías que una investigación reveló que las personas más inteligentes son las más fieles y celosas? —Sonrió un poco, no sabía si se veía arrogante como tanto quiso o más bien tierna como se estaba sintiendo.

JungKook se inclinó, besándolo frente a un par de miradas que parecían ni pestañear y TaeHyung se sintió tan afortunado que de momento se le habían olvidado las ganas que tenía de realizar una feroz matanza escolar.

—Regreso en unos minutos. Voy a buscar la comida. —Y dejó otro beso sobre su mejilla para alejarse.

Embobado, sintiendo mariposas freírse sobre un sartén era exactamente lo que estaba sucediendo con su estómago. Todos los afortunados días tenía la oportunidad de disfrutar de que esa persona que había engañado para enamorarle diera más mimos y cariños de lo que estaba acostumbrado.

En primera instancia pensaba que era de los chicos no muy dedicados o cariñosos. De esos que les gusta su propio espacio sin interrupciones. Pero Jeon mas bien era el que siempre lo estaba sacando de su zona de confort, aludiendo a que le extrañaba y si podían pasar un rato antes de que el día acabara. ¿No era perfecto?

Y se le ocurrió la mejor idea en ese momento acordándose de que tenía una manzana en su mochila. La tomó y miró donde su novio estaba parado recogiendo las bandejas de comida. Y se la lanzó, frente a la vista de todos. Los ojos de JungKook se abrieron escandalizados con una expresión de desconcierto y susto. TaeHyung se tapó la cara mientras el pelinegro se disculpaba con las demás personas que también estaban en la fila por si les había golpeado y tomó la manzana y las bandejas antes de acercarse a la mesa aún impresionado.

—¿Kim estás de broma? ¿¡Por qué me has lanzado una manzana!?

TaeHyung sonrió como si fuera un niño descubierto en el acto de robar un dulce.

—¿Sabías que en la antigua Grecia, lanzarle una manzana a una mujer era considerado una proposición de matrimonio?

A JungKook se le secaron los labios mientras los seguía manteniendo semi abiertos.

—¿Me estás proponiendo matrimonio?

—Buff~ claro que no Honey. Pero me gustaría mucho que jamás te fueses de mi vida. ¿Tal vez un contrato de felices por siempre te gustaría?

Y JungKook sonrió atontado.

—Pues claro que lo firmaría con los ojos cerrados.

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𝐇𝐨𝐧𝐞𝐲, 𝐃𝐢𝐝 𝐘𝐨𝐮 𝐊𝐧𝐨𝐰 𝐓𝐡𝐚𝐭? • [𝐊𝐨𝐨𝐤𝐕]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora