[20] Debajo

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— ¿Cómo que regresaste a la noche en que moriste? Eso no es posible, Cecy, fue un sueño. Soñaste despierta.

—No, fue real, lo sentí. Nayma me transportó hasta el accidente —todos la volteamos a ver, ella por fin habló.

—Lo siento —se disculpó—No sabía hasta dónde nos llevaría esto, a veces no controlo mis poderes.

— ¿Tus poderes? ¿Ahora también nos vas a decir que estás muerta, Nayma? —Nick le demandó.

—Tú cállate, Nicolás, no tienes mucho que opinar.

—Oh, ¡claro que lo tiene! —Vale intervino y estaba furiosa de que alguien se dirigiera de ese modo a su queridísimo novio.

—No, no estoy muerta. Tengo dones, lo he dicho antes. Puedo llevar a la gente a sus recuerdos, claro, si ellos me lo permiten. Cecy se abrió a mí, fue inevitable, al final la traje de regreso como pude.

— ¿O sea que reviví de verdad el accidente? —mi voz comenzó a quebrarse poco a poco.

—Sí, estuviste ahí. No sólo mental o espiritualmente, una parte del físico, también.

— ¿Puedes transportarme en el tiempo? —Nayma vaya que tenía sus dones.

—Corrección: puedo transportarte a tus recuerdos, algo parecido. Pero no puedo llevar los cuerpos conmigo, al menos no del todo. Es como un sueño, bastante real, lo suficiente como para que puedas distinguir sabor, olor, textura y hasta dolor.

—No vuelvas a hacerlo —Alina le dijo. Su única intención era protegerme. Nayma prometió no volver a hacerlo sin mi consentimiento.

—Bien, ya estamos todos aquí. Hora del interrogatorio —Alex desvió la conversación hacia un punto más agradable.

—Okay, todos tomen asiento —Nayma los invitó con ese tono dulce, tan propio de ella—Y perdón, Nicolás, por lo que dije —no hubo respuesta, salvo una mirada asesina de parte de Valeria.

El tiempo iba transcurriendo, Nayma lanzaba preguntas poco comunes a todos. Algunas eran difíciles de contestar, otras bastante sencillas. No tomaba notas, parecía que guardaba toda la información en su cabeza, sin olvidar detalle alguno. Tardamos alrededor de dos horas en terminar nuestra sesión de pregunta y respuesta.

—Cecy, deberías ir a cambiarte, como te dijo Nayma —Alina me susurró.

—Okay, lo haré, no me siento cómoda siendo la única que aún está en pijama.

—Dile a Valeria que te acompañe, así no estarás sola. Además, necesita estar alejada un poco de Nick, y obviamente de Nay —asentí y fui hasta donde estaba Vale, le pedí que me acompañara y ella, gustosa, aceptó. En unos segundos ya estábamos en el ático, claro, usando mi método de viaje.

Nayma's POV

Había visto fantasmas y espíritus queriendo contactarse con sus seres queridos, uno que otro demonio atormentando casas. Había llevado a bastantes personas a su pasado por respuestas, pero el caso de Cecy, sin duda era especial. Podía notarlo, sentirlo, más que nada. Había algo raro en el aura de Cecy, en el ambiente de la casa, necesitaba asegurarme de que todo estuviese en orden antes de poder realizar una sesión y comunicarnos con el más allá.

—No jugaremos a la ouija, ¿o sí Nay? —Alex me preguntó.

—Claro que no, tonto. Ese jueguito es algo muy inmaduro, nada que ver con lo que yo hago. Además podrías dejar alguna puerta abierta a nuestro mundo si no tienes cuidado.

— ¿Oui... qué? —Eleanor parecía interesada en el asunto del juego de tablero.

—Ouija —hasta daban escalofríos decirlo—Un juego usado por tontos pubertos para hablar con los espíritus. Los fantasmas se divierten mucho contestándoles cosas absurdas para espantarlos. Se basa en un tablero con todo el abecedario, las palabras: hola, adiós, sí y no; así como todos los números. Aunque para mi gusto y creencias, nadie debería jugarlo, es peligroso, no saben lo que hacen.

LimboWhere stories live. Discover now