14. Revolución.

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Owen no dijo nada mientras veía a Dexter administrar la sangre de Molly como de costumbre

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Owen no dijo nada mientras veía a Dexter administrar la sangre de Molly como de costumbre. Era un recurso que estaban usando bastante seguido desde que la niña había despertado con su sangre. Molly parecía cansada, llevaba ojeras debajo de los ojos y cerraba los ojos de vez en cuando para volver a abrirlos al instante como si temiera quedarse dormida. Él quería llevarla a su cama, arroparla y preguntarle si podía quedarse a su lado. Pero también sabía que ella no lo dejaría, sino que también no debía.

Había comprendido que sus sentimientos por Molly no eran correspondidos y estaba bien con eso, aunque a veces no podía evitar tener ese tipo de pensamientos sin poder evitarlo. Molly le sonrió a Owen cuando sus ojos se encontraron con los del chico, él le devolvió la sonrisa y le guiñó un ojo, bromeando con ella. La broma y la sonrisa no tenían fuerzas pero lo importante es que ahí estaban.

Dexter terminó lo que estaba haciendo para guardar la sangre que administraba todos los días de Molly e investigaba junto a Jordan una y otra vez. La chica se bajó de la camilla y perdió el equilibrio, pero esta vez no fue Owen quien pudo detener la caída de Molly sino que fue Dexter. Al instante, el líder substituto de los Iluminados, se tensó y sintió una ola de celos crecer en su cuerpo pero la eliminó al recordar que de hecho, Molly no le pertenecía. Ella era un pájaro libre que sólo se pertenecía a sí misma. No. Se equivocaba, ella pertenecía a los Iluminados.

—¿Te ayudo a llevarte hasta la cama? —le preguntó Owen con el tono más neutral que pudo, haciendo reír a Molly quien también giró los ojos como si fuera un dramático. La conocía tanto que sabía que estaba pensando y que iba a decirle, pero antes de que pudiera comentar algo, fue Blood quien interrumpió en el lugar.

Llevaba el cabello atado en una coleta de caballo y sus ropas de entrenamiento, lucía tan exótica como siempre. Esa belleza especial que tenía, pero según le habían dicho otras mujeres, Black también la tenía, era algo familiar. Blood observó a sus compañeros y cruzó sus brazos mirándolos con enojo en su rostro.

—¿Por qué no iban a incluirme en sus planes? Todo el mundo está en el plan menos yo. ¿Por algo en especial, querida mejor amiga? —le preguntó y Molly no pudo evitar reírse mientras se acercaba a su lado. Dexter misteriosamente no hablaba, normalmente cuando Blood estaba cerca él demostraba cuanto le atraía, pero en ese momento no lo hacía—. ¿El cerebrito irá? ¿Por qué yo no?

—Porque no queremos estar perdiendo gente en caso de que haya algún tipo de complicación, también necesitamos gente aquí. Además no tenemos tanta ropa para vestirnos —le explicó Molly con cansancio mientras refregaba sus ojos demostrando claramente que estaba cansada. Blood, siempre tan egoísta, parecía no querer demostrarlo. Ella siguió quejándose por un tiempo más hasta que Molly le dijo que visitara luego su habitación, que iba a tomar una siesta corta. Owen la siguió, como de costumbre.

Caminaron en la oscuridad del pasillo, brazo con brazo, en un silencio extraño que ninguno de los dos comprendió. Molly normalmente estaba animada y se reía, hablaba o estaba hablando de los planes. Observó el perfil de una mujer que ya no era la niña que había conocido anteriormente, admiró el perfil de la salvadora de Farewell. Ella caminaba con gracia, sin demostrar cansancio, sino como si aceptara con cada paso que daba el destino que estaba tomando. Había cambiado muchísimo, planeaba con perfección, sus tácticas eran buenas y no demostraba en descubrir cuál era la mejor solución.

Misery City [Farewell City #2 ]Where stories live. Discover now