Misery City [Farewell City #2 ]

22. Familia.

—¡Suéltalo! ¡Suéltalo!

Went sintió finalmente el aire volviendo a sus pulmones y quiso entender que estaba sucediendo pero le costó más de lo que esperaba. Jordan estaba en el suelo con un gran golpe en su perfil, a su lado se encontraba la pequeña Sky con un hierro en sus manos. La niña lucía agitada y podía notar el sudor en su frente haciéndole creer a Went que había estado corriendo. Quiso decirle algo, pero no logró conseguir hacer otra cosa más que toser. Aquella chica lo había salvado y él ni siquiera podía agradecérselo.

—¡Papá! —exclamó ella feliz y se abalanzó hacia él, aunque cuando el hombre abrió los ojos más que sorprendido por sus palabras tuvo que detenerse. Se quedaron mirándose fijamente y por un momento él sintió que su mundo caía en picada. La niña se parecía muchísimo a Molly, no iba a negarlo. Tenía su cabello castaño, sus enormes ojos azules característicos y hasta su actitud era parecida. Pero él estaba seguro que no había tocado nunca a Molly, además de los besos... estaba seguro. ¿Había pasado en aquel tiempo que no recordaba? ¿Había estado bajo el efecto del virus? ¿Había sido lo suficientemente maldito como para hacer eso? Estaba comenzando a desesperarse en sus teorías cuando ella tomó su mano y le sonrió—. Tú no eres exactamente mi papá. Es decir, eres idéntico a él mucho más joven y más sano pero no eres él.

—¿Te gustaría explicarme esto, niña? Estoy muy confundido ahora mismo. ¿Quién eres? —le preguntó Went con voz casi ahogada por la impresión y lo sucedido. No quería hablar con Jordan inconsciente pero no podía gritarle a Sally que estaba en peligro. Y por más que le gritara ella no iba a escuchar.

La pelirroja no era tonta, aun así, y usaba un mecanismo muy absurdo para comunicarse con sus pacientes. Era obvio que como enfermera tenía que saber si ellos estaban en peligro o simplemente necesitaban algo. Went estiró su mano y tocó la pequeña campanilla que se conectaba con un montón de cables en el techo y llegaba al lugar en donde Sally estaba. Se le había ocurrido a ella y Owen la ayudó a colocar los cables.

—Mi nombre es Sky Davies —se presentó ella sentándose en la cama, como Went le pidió con un par de gestos. Era tan pequeña que no debía pasar los diez u once años. Notó que en su cuello existía el mismo lugar que él tenía y no pudo evitar regalarle una sonrisa tierna. A Went le gustaban mucho los niños—. Molly me encontró en un laboratorio y me trajo aquí. Dormía mucho hasta que un día me desperté y no recordaba nada.

—Sky Davies —repitió él por lo bajo, recordando aquel nombre. Los recuerdos como Guardián los últimos días eran muy borrosos pero pudo recordar que estaban buscando a esa chica. Era un proyecto que los Guardianes tenían preparado para el futuro pero lo habían robado y lo buscaban desesperadamente.

—Sí... y bueno, no recordaba mucho en realidad. Me acordaba que Owen era mi tío pero él no sabía quién era yo. Y hace unos días recordé que Molly es mi madre y ahora recuerdo que tú eres mi padre —terminó de explicar aunque Went entendía menos en ese momento. La chica llevó las manos a su cuello y se sacó un relicario que la ropa ocultaba. Se lo entregó a Went, quien lo abrió con mucha curiosidad y no pudo evitar quedarse sin aire por unos minutos.

Los Guardianes sólo se tomaban fotos en momentos especiales como bodas o celebraciones de mucha importancia, pero jamás para un cumpleaños. En ese momento Went estaba viendo una fotografía con un color extraño en la que estaban él, Molly y la niña frente a un pastel de cumpleaños. Sky lucía un par de años menos, pero seguía teniendo esa gracia de niña que a Went le parecía muy dulce. Pero lo extraño eran Molly y él. Ella lucía más adulta y más esterilizada, como si fuera una mujer adulta. Su cabello lo llevaba en una trenza elegante, cosa que le sorprendió porque Molly jamás se peinaba. Y él... eso era lo más sorprendente. Él lucía como una persona mucho mayor y casi al borde de la muerte. Pálido y se notaba el cansancio en sus ojos, aunque la sonrisa que le dedicaba a Sky era real.