26. Oscuridad.

11.1K 869 233
                                    

Una semana. Una semana había pasado de la desaparición de Owen y Sally, logrando que todo el cuartel se encontrara preocupado y alerta ante su ausencia. Sobre todo Molly, quien desde que habían confirmado su desaparición había dormido poco o nada. Ignoraba por completo las quejas de Went y los pedidos de sus compañeros que le rogaban que descansara un poco. Necesitaba saber su paradero, se negaba a pensar que ellos se habían ido o escapado sin decirle nada a Molly. No podía ser cierto.

—¿Y si han sido secuestrados? —le preguntó la chica a Went cuando él se apoyó en la pizarra de la sala de estrategias. Se cruzó de brazos mientras observaba a la chica y ella no necesitaba saber que estaba desaprobándola en ese momento.

—Es la única opción —admitió Went y a Molly le sorprendió lo rápido que él aceptaba su idea. En esos días ella no se había cansado de explicarles que algo estaba mal y que tenían que descubrir tarde o temprano de que trataba—. Me niego a creer que Owen simplemente se fue y se olvidó de nosotros.

Went hizo una mueca, de esas que hacia cuando pensaba y no le gustaban sus pensamientos, y Molly esperó por sus conclusiones. La sala de estrategias estaba vacía, ellos dos se habían quedado solos después de una reunión de las que siempre tenían. Gabriel había estado ausente esta vez, pero se debía al nacimiento del bebe.

Molly aún recordaba con una sonrisa el día que el bebé había nacido y la sorpresa que se había llevado al saber que tenía una hermana. Violet Davies nació esa noche en donde Gabriel y Went se habían peleado. El parto fue normal y gracias a Rose, encargada de eso desde hacía años en eso, había nacido sin ningún tipo de problema. Molly no podía creer que tenía una hermana y se sentía aún más preocupada por eso, sabiendo que debía cuidar también de esa niña con su vida.

—Todo estará bien, Molly —soltó Went, acercándose a ella y envolviéndola entre sus brazos al comprender que la chica estaba demasiado preocupada por Owen—. No sabemos que está sucediendo con ellos, pero estoy seguro que están bien.

—Estamos tardando demasiado, ellos podrían estar muertos en este mismo momento, Went —dedujo ella mientras se alejaba de él, demasiado preocupada para rendirse en sus brazos. El chico suspiró, pero no dijo nada con respecto a sus dudas en ese momento—. No voy a esperar otro día, si hoy no llegan...

—¿Si no llegan qué? ¿Qué harás, Molly? —le cuestionó él y Molly dio un paso hacia atrás comprendiendo que él no estaba apoyándola. No entendía porque él tenía esos pensamientos cuando era su mejor amigo y casi hermano quien estaba desaparecido. Owen no dormiría si fuera Went el desaparecido. Se observaron los largos minutos, casi desafiándose y a Molly le dolió que estuvieran viviendo nuevamente una discusión—. No sabemos en dónde está, no sabemos que está sucediendo con él. Sé que eres impulsiva y amas a tu gente, pero debes pensar un poco antes de actuar. Tenemos que descubrir en donde está. Si están secuestrados tendremos que descubrir antes de marchar.

—¿En dónde podrían estar, Went? ¡Están en Glory City! —exclamó ella furiosa, queriendo lanzarle la pizarra para que reaccionara un poco. Había cosas obvias en ese momento y él no las comprendía. No le importaba marcharse sin él a buscar a su amigo, pero le gustaría tener un poco de su ayuda, de su apoyo—. ¿Por qué no me apoyas? ¿Por qué haces esto?

—No podemos dejarlo todo por uno de nosotros, ya hemos hablado sobre esto, Molly.  Tenemos que prepararnos para una guerra si es que realmente la queremos.

—Ya estamos en guerra, Went —le respondió al instante y él suspiro, sabiendo que esa chica era imposible. Ella terminó por sonreír al notar que estaba logrando volverlo loco y no era realmente su intención—. Un día más los esperamos y luego iré por ellos. Si quieres pensamos una estrategia, tratamos de encontrar su ubicación pero iremos. No puedes detenerme.

Misery City [Farewell City #2 ]Where stories live. Discover now