Capítulo 4

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Liz se hallaba dibujando un vestido de gala en su oficina cuando Christine la interrumpió. Hacía una mañana preciosa, y la pelirroja tenía un excelente humor a pesar de ser un lunes. Su cita el día anterior con Matt había sido maravillosa y tal vez, dentro algún tiempo, ella misma estuviera escogiendo su vestido de novia.

—¿Liz?

La aludida levantó la cabeza del boceto que tenía entre manos. Su cabeza estaba algo perdida, pero en ella era habitual cuando se trataba de diseñar.

—¿Qué sucede?

—Hay un hombre abajo que quiere hablar contigo —le dijo con cierta intriga—. Como comprenderás, es un tanto desconcertante para las clientas tener a un caballero husmeando en el salón principal. ¿Le hago subir?

Liz estaba sorprendida, pero antes de preguntar quería asegurarse de la identidad de aquel hombre que le procuraba.

—¿Sabes quién es?

—Ha dicho que es el hermano de una novia que tiene su cita mañana —declaró—. No ha querido confiarme nada más, pero ha pedido hablar contigo.

Liz asintió. Debía desvelar aquella incógnita por sí misma y para eso debía hacerlo pasar.

—Muéstrale el camino y que suba a verme. Le estaré esperando. Gracias, Chris.

Christine asintió y al cabo de un par de minutos, las pisadas en la escalera helicoidal le hicieron saber a Liz que el visitante se hallaba próximo a su oficina.

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Aquella mañana tomó la decisión de visitar la Coopestown Bridal Shop. Tenía varios objetivos que cumplir y no se trataba solamente del encargo laboral que le había hecho su jefa Kate.

Debía reconocer que la tienda era pintoresca y encantadora. Vitrinas de cristal con hermosos diseños le dieron la bienvenida. La construcción era un tanto antigua, dotándola de una atmósfera vintage que resultaba mágica y especial para cualquier visitante; incluso para él con su curtido corazón.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarlo? —Una hermosa pelirroja le dio la bienvenida.

Pierce se quedó unos instantes mirando aquel rostro que reconoció del video que había visto. Era la amiga que había acompañado a Liz a escoger su vestido y que el día de la boda era parte de su cortejo nupcial.

—Buenos días —saludó él poniendo un pie dentro de la tienda—. Estoy buscando a Liz… —dudó—, a Liz Parker, por favor.

Desde que la joven diseñadora se hubo mudado a Cooperstown cambió su apellido para evitar ser reconocida. Según había leído en los documentos que le pasó su jefa Kate, Parker era el apellido de soltera de su madre.

—¿Quién la busca? —preguntó la pelirroja desconcertada.

Pierce comprendió que en la tienda había clientas: mujeres que lo miraban con sorpresa mientras veían en las perchas las decenas de vestidos que rodeaban el pequeño salón de bienvenida.

—Perdone, mi nombre es Pierce —le tendió la mano—, soy el hermano de Emma Graham, la chica que tiene su cita mañana. Me gustaría hablar con la señorita Parker antes. ¿Es posible?

—Pase, por favor —le indicó la joven—, mi nombre es Christine. Puede tomar asiento mientras informo a Liz que la está buscando.

El joven se sentó en el salón y lo escudriñó con interés: las paredes de color lavanda brindaban un hermoso contraste con el blanco de los múltiples vestidos que engalanaban el lugar. Un espejo grande, colocado en una de las paredes, reflejaba el entusiasmo de las jóvenes que se probaban sus vestidos. Aprovechó que la pelirroja se había marchado para tomar algunas fotografías del lugar con discreción.

Vestidos de novia ✔️Where stories live. Discover now