Capítulo 19

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—¿Entonces se van a casar? —le preguntó Christine al día siguiente con los ojos bien abiertos.

Liz se echó a reír.

—No ahora ni en un futuro inmediato, pero es una declaración de intenciones, de parte de los dos...

La pelirroja la abrazó emocionada. Se hallaban en la tienda como cada mañana, pero cuando Liz comenzó a hablarle de Pierce y de la conversación que habían tenido, no pudo evitar emocionarse por ellos. ¡Hacía mucho tiempo que esperaba ver ese brillo en los ojos de su amiga!

—¡Estoy tan feliz por ti! ¡Por ustedes! ¿Qué dijeron tu madre y abuela Tessa?

—Se lo comenté esta mañana durante el desayuno y están tan alegres como tú. Repito que es demasiado pronto y no queremos hacer las cosas de manera precipitada, pero si te dijera que no estoy feliz con Pierce te estaría mintiendo.

Christine chilló entusiasmada y la abrazó por segunda ocasión.

—Por cierto, Sarah nos invitó a su casa este sábado a una comida, ¿vas a ir con nosotros, Chris?

—No creo que vaya —repuso la chica un tanto apenada—, tengo planes con Matt. Me va a llevar a conocer a su familia...

Esta vez fue Liz quien se entusiasmó por ella.

—¡Excelente! Ya veo que esa relación se está volviendo muy seria. Me alegro mucho por ti, Chris.

La aludida se encogió de hombros.

—Es un efecto secundario de trabajar en una tienda de vestidos de novia; al poco tiempo comienzas a soñar con tu propia boda.

Liz se rio de manera audible.

—¿No tenemos clientas para ahora? —preguntó.

—No hasta las once, así que aprovecharé el tiempo para actualizar las redes sociales.

Christine le guiñó un ojo y desapareció hacia la oficina. Ella era la encargada de actualizar la página web de la Cooperstown Bridal Shop, así como los perfiles en Facebook, Instagram, y otras plataformas. Ya contaban con varios miles de seguidores pese a ser una tienda pequeña.

Liz no figuraba en nada, solo su nueva marca: Liz Parker. A ojos del público era Christine el rostro conocido en aquellos perfiles. Con cierta frecuencia se anunciaban los nuevos vestidos, se colgaban videos de desfiles de modas, se ponían las ofertas de rebaja, o se deban consejos de estilo para las novias.

—Buenos días. —La voz de Pierce y el toque en el cristal la hizo sobresaltar.
Liz se levantó enseguida y corrió a abrazarlo.

—¿Qué haces por aquí? —preguntó después de un largo beso.

—¿Acaso necesito decirlo? Echaba de menos a mi novia...

Ella le sonrió. Le encantaba la manera en la que lo decía y la seducían aquellos enormes ojos verdes.

—Estás muy elegante, Pierce. ¿De dónde vienes? —Liz lo hizo pasar y sentarse a su lado en el diván de la tienda.

—No te lo comenté anoche porque no estaba seguro del resultado, pero estoy satisfecho de cómo salieron las cosas. —Liz no le comprendía hasta que él se expresó mejor—. Fui a pedir permisos a la alcaldesa de Cooperstown para producir un documental de varios capítulos sobre la villa. Tengo escrito el primer guion sobre el Baseball y el salón de la fama; y así he pensado en varios episodios sobre lugares importantes de la región.

—¡Pierce, eso es magnífico! —Liz lo abrazó.

—Me dieron el autorizo —continuó él encantado—, solo debo organizarme con mi trabajo para poder producirlo, algo que me llevará un poco de tiempo.

Vestidos de novia ✔️Where stories live. Discover now