En la boca de la loba I

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Christine E.:

Llego un poco mareada. Fue divertido, ya hacía falta una noche de soltera sin ese par de pesadillas. Había mucha gente que no veía hace tiempo.

Entro a mi suite. Veo que el bar fue usado con más de un vaso, así que la mocosa tiene sus secretos... eso o es alcohólica. Camino a su cuarto y la cama está intacta, la mía está tal cual como la dejamos. Sólo veo el vestido sobre ella y la ropa desperdigada de su maleta. Leyendo las huellas sólo se cambió de ropa.

Me siento un rato y pido infusiones para relajar mi cuerpo antes de irme a dormir. Mañana vuelvo a casa, espero que Noelle se comporte más que mi hija al menos.

Cuando el servicio trae lo que pedí me pregunto si esperarla o no. Como la temperatura del agua puede bajar mucho decido que se vaya al carajo. En eso Martina abre la puerta.

− ¿Estás viva? −Pregunta.

−Claro que si −Bebo un poco de té− ¿Dónde estabas? −Noto que está con su ropa casual.

−En el buffet. −Dice sentándose a mi lado. − ¿Me das?

−Hay otra taza, no toques la mía. −Menos si ese vaso lo usó otra persona.

−Eres un amor −Exhala.

−Ya dormiste en mi cama, mi espacio pulga −Bromeo. −Y eso que no vimos películas de terror.

− ¡Ya no les temo! ¡Me gustan! −Espeta.

−Si, sí. −Digo. − ¿Con quién estabas? −No, no sirvo para guardarme las cosas.

Veo sorpresa en sus ojos, sin embargo, lo esconde bien.

−Vi a una amiga y me acompañó a cambiarme. Luego fuimos a comer −Dice. −No la conoces.

− ¿Sólo eso?

Ríe.

− ¿Quieres más detalles?

−Cuidado pequeña demonio. −La señalo. −Creeré en ti. −Mentira, quiero saber quién carajos era. −Imagino que no era Aida. −Te estaré vigilando rubia.

−Claro que no, no perdería la oportunidad de ser el centro de atención. −Toma su taza y se sirve −Descuida, no pasó nada. Solo fue la excusa perfecta para largarme.

−Me imagino. −Cambio de tema dejando ese para más adelante. Después de todo son nuestras últimas horas en este viaje.

Al día siguiente nos devolvemos. Está igual que siempre, con cara de rata revisando su celular a ratos, pero eso ya es pan de cada día. Malditos millennials.

Cuando por fin llegamos a la mansión, Noelle nos recibe sentada con Sandy. La cerdita corre hacia su ama y a la vez su salvadora de que no esté en las cocinas.

Camino hacia mi esposa.

−Debiste correr hacia mí −Digo pensativa a su lado. ¿Cómo es posible que la cerda se emocione más que Noelle?

−Ay vamos−Me abraza, rodeo su espalda y milagrosamente mis manos quedan sobre su trasero, miro sus ojos tan cariñosos como siempre, observa mi rostro con esa expresión de fascinación tan característica de ella − ¿no viniste a poner orden?

−Cuenta con ello −La beso, me acerco a su oído y susurro −Ya verás insolente.

Me da un golpecito y cuando Tina se pone de pie se abalanzan.

− ¿Cómo lo pasaron? −Besa su mejilla.

−Nos hiciste falta −Gimotea Tina con su cara pegada a la suya.

Mi Pareja Perfecta IVWhere stories live. Discover now