Ángela y Tina juguetean y se sonríen en el prado del jardín, se recuestan y hablan secretamente. Ángela le aparta el cabello de su rostro y sonríe.
Un hombre mira por la ventana, se devuelve al centro de la habitación y se sienta frente al hombre que viene de visita.
−Ahí están, tan acarameladas como si no hubiese sido un caos llegar a esto. −Se exaspera.
− ¡Ah! ¡Es la valentía del verdadero amor! −Dice su amigo despreocupado sirviéndose algo de beber. −No salió como queríamos, pero veo muchas oportunidades. −Apunta con los índices hacia arriba.
−No las veas como una mina de oro −Gruñe el pelirrojo. − ¿Qué tal tu hijo?
−No sé en qué está pensando −Una mueca de preocupación y algo de tristeza aparece brevemente por su rostro. −Tal vez el tiempo aclare su mente.
−Tu familia es un asco −Sonríe cruel.
−Estamos emparentados...
−Si, por eso lo digo. −Se sienta. −Solo quiero que Martina sea feliz, así que no he interferido. −Le da una mirada penetrante− ¿Tu no tuviste que ver con que se conozcan con Tina no es así?
− ¿Yo? ¡Claro que no! Amo a mi nieta ¡No se la regalaría a una extraña!
−Pero vaya que espectacular extraña −Él sonríe creído.
Recibe una acida mirada que se transforma en una de reconocimiento. Asienten derrotados.
−Que desgracia −Replica el Sr. Grant agotado de la edad, de la vida, de los Edwards. Al menos su nieta se ve feliz... piensa.
Catalina G.:
Bajo del auto a buscar al abuelo, traje a Coloso como protección. Veo frente a mí el gran complejo de estos seres del infierno que ahora veré más seguido. A lo lejos se ve un jardinero podando un gran arbusto, observa mi caminar con un gesto de hostilidad, me pregunto si vendrá corriendo con esas tijeras o algo así. Camino insegura hasta que mi perro comienza a ladrar hacia otro extremo. Unos arbustos, se escucha un ruido ronco...
Sabía que no debí venir... trago saliva y sin apartar la vista escucho un chillido.
Aparece un enorme puerco.
Ángela G.:
Escucho un grito, miro hacia donde proviene ese sonido familiar y veo a mi hermana corriendo hacia mi incómoda con un gran vestido largo. Se lanza a mis brazos y con la cara un poco rojiza logra exclamar.
− ¡Un puerco!
Martina eleva una ceja y la mira indignada. Luego queda mirando a Sandy aparecer con el enorme perro de mi hermana.
−Vaya ... −Dice.
Ambos juguetean y corren en el pasto de la mansión, Sandy persigue a coloso y se pierden de nuestra vista.
−Se llevan bien −Sonrío. −Tal vez ustedes también puedan...
Esa sugerencia queda en el olvido al ver la cara de desquiciada de mi hermana.
− ¡Hasta esta mansión es... terrorífica! −Abre sus grandes ojos azules.
−Si, nosotros... −Martina la observa con desagrado. − ¿Qué haces aquí Grant?
−Vengo por mi abuelo −Se cruza de brazos sin mirarla. − ¿Sabes dónde puedo encontrarlo?
−Estoy segura de que está dentro de la casa −responde en un tono dulce en donde sus ojos no participan.
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Mi Pareja Perfecta IV
RomanceÁngela Grant, es una joven recién egresada que empieza a trabajar en el hospital Edwards, tal como su abuela lo hizo alguna vez. Debido a la gran rivalidad entre su padre y su jefa, decide mantenerse incógnita bajo un nombre falso y escondida de su...