''Por la boca muere el Edwards''.

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Ángela G.:


Al llegar del trabajo al apartamento de Omar me encuentro con un panorama inusual. El dueño se casa juega videojuegos, por un lado, con ese estilo tan desaliñado de siempre. Al lado de él muy derecho y de traje oscuro desentonando con todo el estilo despreocupado de la habitación, Enrique se esfuerza por no poner caras mientras mueve el Joystick para todos lados.


−Eh... −Digo como saludo. Esto no lo veía desde que éramos unos dulces adolescentes.


−Ángela−Dice carraspeando, lo deja en la mesa rápidamente. – Esperaba que llegases más temprano.


−Ya sabes, te llegó visitas −Dice Omar.


−Vengo en representación de nuestro padre también.


−Ajá ¿No puede venir él? −Digo con evidente molestia cerrando la puerta y yendo a dejar mi mochila al dormitorio.


−Es un hombre muy ocupado, como bien sabes. −Me sigue y se queda de pie observando como me quito la sudadera.


−Uff, me imagino. −Rodeo los ojos, lo conozco y lo he visto en sus tiempos libres. No tiene que decirme nada.


−Aún no transa con lo de los ''Edwards''−Lo dice como si el simple hecho de pronunciar el apellido le diera urticaria− Dice que no es correcto. Pero que puedes volver a la mansión y que ya te hará cambiar de opinión. −Levanta ambas cejas mostrando una carpeta −Son buenas ofertas laborales y él se asegurará de que asciendas.


Me la ofrece, elevo una ceja y las tira a la cama.


−Por cierto, Catalina dice que vuelvas, le haces falta y que siente la casa vacía.


−Sé un buen hermano entonces.


Con una mueca de desprecio abandona el cuarto y en un instante se oye la puerta de salida.


Me siento un rato en la cama, agradezco que Omar no venga por un rato. Hoy de esos días en que te recuestas en la cama, te haces bolita y piensas mil cosas del pasado y como te gustaría que hubiesen sido.


[...]


Christine E.:


Al día siguiente llego con Tina y Noelle. Tomamos el ascensor siendo Noelle la que se baja primero a trabajar, me besa y se va, luego Tina, y finalmente yo me largo a la oficina. Cuando Martina llega a su piso, besa mi mejilla y se baja. Me quedo ahí hasta que todos han llegado hasta el último piso, cuando baja me detengo de nuevo en el piso de Tina.


Al llegar la recepcionista me saluda y me mira extraño cuando extiendo un diario y me cubro con él. Miro de reojo a ver que tal. Veo a dos pelinegras jóvenes llegar, saludar y cuando pasan por el pasillo me voy detrás.


−Eh Tina, Iluminas mi mañana −Dice la pelinegra más baja−Necesito hablar contigo −Dice con voz misteriosa.

Mi Pareja Perfecta IVWhere stories live. Discover now