Una historia romántica y no de acción

5.5K 491 646
                                    

Ángela G.:


− ¿Y tú qué tal? −Pregunto por si las dudas. Miro a Martina de reojo.


Hace un momento.


Me acerco a la puerta atraída por el sonido del timbre, en el umbral se encuentra Martina con aspecto de no saber muy bien que diablos hace aquí.


−Tina... −Esto no me lo esperaba... −Hola −Digo mirándola sin poder ocultar mi sorpresa.


−Hola... −Me mira, mira sus pies. −Creo que era justo que viniese y darte una respuesta.


−Han pasado varios días, no necesito una maldita respuesta. −Digo invitándola a pasar. Ella entra y se queda en medio de la habitación algo vacilante.


−Sé que no, pero no quiero que pienses que no... −Se corta, mira a otro lado y luego a mi una fracción de segundo. −Que no me importas... −sus ojos observan fijamente los míos, tan apacibles y determinados que me sorprenden.


−Yo no pensaba eso −Murmuro perdida en ellos −Entiendo el malestar que debiste haber sentido. − He pensado mucho en lo que sucedió, y no creo que haya algo más que hacer al respecto. Era esperable que Tina se enojase y era esperable que yo protegiese a Aida, aunque se pasara de chismosa. No creo que haya un bueno y malo en todo esto por nuestra parte− ¿Qué tienes en mente? −Sonrío conciliadora.


−A ti −Dice levantando ambas cejas. Resopla nerviosa.


−Eso es muy dulce de tu parte −Digo enternecida. Ese comentario solo la avergüenza más −Me alegra que vinieses...


Libera una risita silenciosa y nos sonreímos, antes de que levante los brazos y la invite a venir, puedo sentir su calor contra mi cuerpo, la atraigo más extrañando su calor, su olor y su presencia. Nos quedamos envueltas en un fuerte abrazo.


No digo nada, me alegra mucho que haya venido a mí.


−Tú también me gustas −Dice.


...Y me hace muy feliz que me haya dicho eso. Cierro los ojos y apoyo mi mejilla en su cabello.


−Y tú a mi −Finalizo.


−Lo sé −susurra. Me río, supongo que ya no tengo dudas...


Ella eleva su rostro buscando el mío, suspiro al sentir el suave tacto de sus labios, sus palmas encierran mis mejillas y me acerca más dándome un hambriento beso que comparto de la misma manera, la he extrañado tanto, no negaré que pensé en la posibilidad de que todo quedaría hasta aquí. Esos pensamientos desaparecen cuando acaricia mi cabello con ternura, nos besamos hasta que nuestros movimientos se vuelven ávidos y apasionados hasta dejarnos llevar por la pasión que sentimos la una por la otra.


Presente.


− ¿Yo qué? −Levanta una ceja descansando sobre mi hombro.

Mi Pareja Perfecta IVWhere stories live. Discover now