Cinco Razones ━ Thomas Sharpe.

Capitulo 2

Loki recorría el cuerpo de Cassie con una increíble pericia y ella procuraba no abrir demasiado la boca como para que sus gemidos se pudiesen escuchar más allá de las cuatro paredes del enorme dormitorio. Y mientras intentaba concentrarse a Loki se le vino a la mente lo que Adam le había dicho: Ella es demasiado pura, no estoy de acuerdo con Thomas. No debiste seguir sus órdenes.

Abrió los ojos de golpe cuando estaba llegando a la cara interna de los muslos de Cassie con sus manos. Su muerto corazón dio un leve golpeteo haciéndolo sentir culpable. La culpa, por siglos intentando opacarla y por siglos había funcionado. Al menos hasta que Thomas lo llamó y le ordenó encontrar a Cassie. Al principio había actuado por inercia, era su propósito. Si no lo hacía Thomas iba a hacer algo en su contra y no quería volver a estar un mes en la casa de El Cairo. Por mucho que los anillos en sus dedos anulares los cubrieran del sol, no dejaban de odiarlo.

Una orden.

Eso había sido Cassie al principio. Pero se enamoró de ella, de su inocente corazón. Comprendió porque Thomas la estaba buscando desesperadamente, porque le estaba pidiendo que la encontrara y mantuviera cerca de él. Thomas la quería para él y Loki sabía por qué. Al enamorarse de ella, Loki mintió.

Le dijo a Thomas que no la había encontrado.

Por meses eso funcionó, incluso pasó un año. Pero uno de los sicarios de Thomas apareció en su puerta una noche y le advirtió de su conocimiento sobre Casiopea. Si no la llevaba a la mansión en Transilvania al cabo de un mes, iban a haber horribles consecuencias.

Loki odiaba a Thomas, en particular.

—¿Estás bien? — ella preguntó observando a su novio entre sus piernas con la mirada perdida. Loki despabiló, sus sentidos vampíricos se le habían bloqueado por un momento. Le estaba mintiendo, la amaba y estaba mintiéndole.

—Cassie yo... — Loki se detuvo y alarmada ella se sentó. El pelinegro se pasó las manos por el pelo tratando de ocultar su frustración — Es que, hay cosas sobre mi que no te he dicho.

Cassie meditó, lo había notado raro después de su conversación con Adam anoche, lucía casi como si se le hubiera dado una orden. Había llegado en silencio y después de verla fijamente, no hizo más que besarla hasta entonces, que sus cuerpos desnudos se tocaban entre sí.

—Te dije que, cuando estuvieras listo podías decirme lo que fuera — Loki sintió la calidez de las manos de Cassie sobre sus mejillas cuando ella se acercó, la vio a los ojos de caramelo y de inmediato el olor de su sangre le dio en las narices.

Había estado un año aguantando las ganas de clavarle los colmillos y lo había hecho sin querer varias veces al besarla. La sensación provocaba un éxtasis en Cassie del que no tenía idea. En el momento ella perdía un poco la conciencia de su alrededor. Pero solo había tenido eso de ella. Una probadita.

Quería que Cassie fuera suya, pero sabía que si lo hacía podría perder su cabeza. Y para que ella fuese suya, él debería haber revelado su secreto, sus dos grandes secretos: sus hermanos y su condición de no muerto. La condición de todos.