Capitulo 19

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La habitación estaba iluminada por un par de velas sobre la cómoda en la pared. Las ventanas estaban cerradas pero las cortinas acomodadas a los costados dejando entrar la luz de la luna. La nieve que estaba en el balcón hacía que esa luz blanquecina traspasara el interior de la habitación y se depositara como suaves besos sobre el rostro de Adam.

Suave. Tersa.

Los ojos de color azul claro estaban mirándome con cautela desde ahí. Detrás de mí cerré la puerta le sostuve la mirada mientras avanzaba hacia él. Había duda en su mirada.

Acorté la distancia entre los dos y toqué su rostro iluminado por la luz natural de la noche, sus manos sujetaron mis caderas con suavidad y yo me perdí en su perfume, a cuero y cuerdas de guitarra.

—Tengo miedo — me atreví a soltar, mis ojos puestos en los suyos.

Adam tocó mi frente con sus dedos helados, deslizó la yema de ellos por mi cien y bajó por mi oreja hasta presionar mi nuca. El toque dejó cosquillas en mi piel nerviosa y quemó cada parte de mi interior.

—Puedo hacer que no lo tengas — él dijo, sus manos deslizándose por mis hombros.

Me reí, de los nervios.

Se sentía como si fuera la primera vez y no dudé en poner mis dedos sobre sus labios rojos y finos.

—No de ti — susurré — de lo que pueda pasar si acepto todo esto — Adam enarcó las cejas, tomé una de sus manos y la puse sobre mi pecho, en el centro de mi corazón — de lo que pueda sentir aquí.

—¿De lo que puedas sentir por mí? — su voz era ronca, su mirada azulada estaba brillando en la oscuridad mientras mi aliento era inconsistente — Cassiopea — él tomó mi mano para ponerla sobre su pecho y me sorprendí al sentir el latido pausado y demasiado lento de un corazón moribundo — no me molesta que no puedas sentir nada por mí. Estás enamorada de Loki y eso es un hecho.

Cerré los ojos y el continuó:

—Tú viste, la forma en la que mis hermanos te juraron su lealtad. La forma en la que consintieron a tus propósitos. Necesitas saber que sea lo que sea que pase en el futuro, cada uno de ellos va a ser capaz de dar la vida por ti — apretó mis dedos contra los suyos. Su corazón latiendo lento, muy lento — me incluyo y me atrevo a incluir hasta a Thomas.

Me reí con sorna.

—No sé si yo... si yo merezca que hagan algo así.

Su mano que sostenía su corazón sobre el pecho sujetó mi mentón para obligarme a verlo a los ojos cuando los levanté.

—No digas que tú deseas es morir una vez más — susurró él acercándose a mí.

Abrí la boca para protestar, pero él prosiguió:

—No me importa que no sientas nada por mí — su mano ahuecó mi rostro. Su otra mano subió por mi cintura hasta mi torso, justo ahí debajo de mis pechos. Sus labios muy cerquita de los míos, su respiración me besó los labios — yo tengo amor suficiente para ambos.

—Adam...

Si te amo, quise decirle, pero me da miedo sentir lo mismo por más de una persona.

Si te amo, quería decirle, pero...

Pero, siempre había peros. No quería peros, no ahora.

Cerré los ojos y me incliné, sus labios se movieron suaves sobre los míos mientras sus manos me tocaban de arriba hacia abajo, primero con movimientos suaves que pronto se volvieron salvajes. Su respiración se agitó un poco y nos alejamos para respirar.

Cinco Razones ━ Thomas Sharpe.Where stories live. Discover now