Capitulo 12

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Abro los ojos de a poco. La luz del sol entra por la ventana y me da directo a la cara. No he podido dormir casi nada, a saltos. Sonidos extraños, ruidos que se mezclan con el sonido de la madera vieja de la casa. El viento. Voces. Murmullos.

Miro el techo y miro mi brazo, ahí donde está la marca de los colmillos de Loki. He estado toda la noche viéndola, tocándola. Como si ella me mantuviera cerca de él.

Tiro de las sabanas lejos de mí y me siento al borde de la cama, mis ojos se acostumbran a la luz que entra por la ventana. La cabeza me punza de un costado, pero supongo que es por no haber dormido lo suficiente. Entonces me levantó y me abrazo a mi misma sintiendo como mi cuerpo se estremece por la soledad. Por no tener esos ojos verdes sonriéndome.

Necesito una ducha y cambiarme.

Tengo que hablar con Adam.

Pero entonces me giro y ahí en el rincón del cuarto donde no da la luz, sentado en el futón se terciopelo rojo hay un soma cuyos ojos brillan en medio de la oscuridad.

—¡AH! — un grito se escapa de mi garganta, detengo mis pasos y dejo caer mis manos a los costados de mi cuerpo con las manos convertidas en puños.

—Buenos días, princesa ¿Te asusté? — Thomas se recargó hacia adelante, apoyando los codos en sus piernas y cuando la tenue luz del rincón lo iluminé pude ver como sus músculos se contorsionan ante la acción.

Traía una bata de seda negra abierta. Aunque desee no haber visto, pude ver su torso desnudo, sus músculos marcados flexionándose entre sí para inclinarse.

—¿Qué haces aquí? ¿Hace cuanto tiempo que estás ahí? —.

Él sonrió de lado, de forma arrogante.

—Yo no duermo. No tenía nada que hacer y se me ocurrió venir a ver como dormías

—No dormí — suelto tratando de ser todo lo desafiante posible.

No va a lograr intimidarme.

—¿Ah no?

—A ratos — aclaré levantando el mentón — deberías irte.

—Deberías callarte — baja la mirada a mis piernas desnudas y se relame los labios — no deberías hablarme en ese tono, princesa.

—No me digas así. No soy princesa.

Thomas junta sus labios formando una linea tensa y causándome un mini infarto se levanta haciéndome sentir pequeña y aplastándome con el peso de su mirada mientras se acercaba como si fuera yo su presa. Retroco por inercia chocando contra el poste de la cama y trago con dificultad cuando se detiene y me mira desde arriba.

Levanto el mentón cuando con su índice traza la comisura de mi rostro hasta mi barbilla. Su roce es frío y suave... y hace que mi cuerpo se desequilibre sin poder evitarlo.

—Voy a liberar a Loki — susurra y mi corazón da un vuelco, casi quiero sonreír, pero me limito a levantar una ceja sobre la otra y observarlo con desconfianza. Por un momento en todo lo que puedo pensar es lo bien que huele.

Huele a perfume varonil costoso y a tabaco.

—¿Sí?

—Sí — su voz es gélida, carece de expresión. Su mirada es impenetrable y se me hace imposible descifrarla. Y aún así a pesar de eso veo algo más, algo que me hace querer seguir viéndolo así de cerca para averiguar que es — pero lo haré con una condición.

Parpadeo llevando mis manos atrás, aferrándome al poste cuando da un ultimo paso para casi rozarme la nariz.

—No voy a hacer tratos contigo — espeto — ¿No tienes suficiente con lo que ya tienes? Estoy aquí, sé que sabes lo que pasó con tu hermano y que ahora tienes el derecho de hacer lo que quieras conmigo.

Cinco Razones ━ Thomas Sharpe.Where stories live. Discover now