Veinte.

2.5K 315 20
                                    


Una vez había escuchado que cuando estabas en la cama con alguien que te gustaba el mundo se acababa un poco. Eso sentía con Tyler en ese momento. Mi cabeza no tenía tiempo para pensar en otra que no fuera él y su cuerpo sobre el suyo. No había querido perderse la expresión del chico cuando sus cuerpos se unieron y si bien ella misma se dejó llevar, supo que iba a guardarse aquello por mucho tiempo en su mente. Ese gruñido por lo bajo, esa expresión de placer que seguramente compartían y estaban cansados de ocultar.

No me dio tiempo a disfrutarlo, a tenerlo a mi merced cuando se incorporó en la cama y se terminó sentando, aunque todavía unidos. Su boca me buscó y yo le correspondí sin dudarlo en aquel beso abrasador que nos dejó a ambos buscando más, por eso me levanté con su ayuda y volví a hundirme en su cuerpo. Lo escuché soltar otro de esos quejidos que me volvían loca y lo miré coqueta, fascinada y acalorada, queriendo más. ¿Podríamos con más? Estábamos por saberlo.

Yo marqué el movimiento, ayudada por sus manos que me ayudaban a impulsarme en cada penetración nueva que se iba intensificando. Nos encontramos de manera apresurada cuando se unió a mis movimientos siendo él quien iba a mi encuentro y nuestros cuerpos chocaron con aquella pasión que nos estaba caracterizando. Pero no era salvaje, era lento y agotador, me quitaba el aliento por completo. Era sensual, de un modo que jamás había conocido y me volvía loca haciéndome perder el control que Tyler llevaba perfectamente.

Cada vez que nuestros cuerpos se encontraban clavaba mis uñas en su espalda, marcando territorio y un camino que iba a quedar grabado por varios días. Me volvía loca saber que iba a recordarme cuando se bañara y su piel quemara ante el contacto del agua caliente. Nos envolvimos con nuestros brazos sin querer separarnos, siendo uno solo en aquella unión que nos unía.

No era para nada el modo que esperaba de sexo con Tyler y sabía que eso tarde o temprano me iba a volver loca. ¿Seguí? Por supuesto que sí, no iba a decepcionarlos.

Tyler me acarició el brazo hasta subir a mi cuello y mi cuerpo sintió una descarga eléctrica cuando su mano lo envolvió. A veces creía que podía conocerme incluso sin la necesidad de hablar, de explicarle que cosas me gustaban o no. Él sabía, de algún modo u otro sabía que me gustaba. Apretó suavemente, sin ser una presión que me hiciera daño sino más bien haciendo que suelte un pequeño jadeo que recorrió mi garganta y seguramente sintió vibrar al tener su mano ahí. Mis movimientos se hicieron más rápidos y profundos, hundiéndome en su cuerpo cada vez más y perdiendo un poco el control. Él fue más allá y esta vez apretó con fuerza, haciéndome perder definitivamente el control.

Mi cuerpo cayó un poco hacia atrás y me soltó el cuello, pero me sostuvo para no dejarme caer. Sus manos me tocaron como deseaban y fue él quien tuvo el control por completo de la situación. Me recostó sobre la cama separándose de mi cuerpo y yo solté un quejido enojado ante eso. Lo deseaba demasiado para que estuviéramos jugando y separados, había dado mil pasos hacia delante y no sabía si quería volver atrás.

—Te he dejado jugar, princesa, ahora me toca a mi —me dijo de ese modo que me dio escalofríos en lugar que no sabía que se podía tener ese tipo de cosas.

Esta vez la penetración fue rápida y profunda, logrando que pegara un grito que lejos estaba de ser de dolor. Aunque estaba segura que los vecinos me habían escuchado en el silencio de la noche. Fue ese momento que perdimos el control que ambos veníamos manteniendo para poder disfrutar de ese de manera tranquila, pero no pudimos lograrlo. Lo envolví con mis piernas y cruzándolas detrás de su espalda, buscando que la unión sea más profunda aunque ya casi era imposible. Todo lo que se escuchaba en la noche eran nuestras respiraciones, nuestros cuerpos chocando y los gemidos y gruñidos mezclados de ambos. Estaba segura que ninguno de los dos pensaba en ese momento, no del modo correcto. Mi cabeza solo pensaba "Tyler, Tyler, Tyler". Así mil veces sin ningún tipo de límite. Lo quería. Lo deseaba. Me volvía loca.

La sala caliente +18 [Editorial Scott #1.2]Where stories live. Discover now