Treinta.

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—¿Y eso fue excusa para que fueras a buscarla? Mi novia, Tyler. Tienes mil idiotas detrás tuyo, pero decidiste tocar lo que no es tuyo.

—Yo la vi primero, Joel. ¿No vamos a hablar de eso primero?

Me sentía pequeña en esa situación, como si mis padres estuvieran peleando con mis padres y yo no pudiera decir una palabra. Pero al mismo tiempo comencé a sentir que no era así, sino que eran dos nenes peleando por su juguete favorito. Uno le había quitado el juguete a otro y en ese momento me sentía realmente una tonta. Una tonta usada por antojo ajeno. Me comencé a preguntar si realmente valía la pena que estuviera ahí con ellos. ¿Realmente valía la pena?

—Oh, vamos, Tyler. Tienes que empezar a aceptar que soy mejor que tú y que por eso la gente me elige primero. Llevamos años siendo amigos y no puedes aceptar que nadie va a elegirte —le respondió Joel a sus palabras y yo sinceramente no sabía que estaba haciendo ahí. Pero tampoco quería irme, así que di un paso hacia mi novio o ex novio, ya ni sabía, dispuesta a dejarle las cosas en claro.

—He tenido dudas todo este tiempo sobre que clase de persona eras... pero simplemente eres un idiota tóxico. Eres patético —solté sincera, con odio en mi interior y uno que no había conocido nunca. Joel se comenzó a reír en mi cara cuando dije esas palabras y comprendí que llevaba tiempo esperando por ese momento. Llevaba tiempo esperando que yo cayera en sus trampas—. ¿Para eso volviste? ¿Para humillarme?

—Por supuesto, no eres más que una prostituta online. Nada más patético.

Balbuceé por primera vez en mi vida porque aquello había sido demasiado fuerte, me sentí incapaz de soltar una palabra ante su insulto. Joel se rio divertido porque al parecer había esperado tiempo para decirme aquello y me había dejado tan a la deriva que no supe qué decir. ¡Yo! Nunca nadie me había herido tanto como ese idiota, nunca nadie me había humillado tanto.

—Además... si necesitabas dinero me podrías haber dicho a mi. ¿Prostituirte con Tyler? ¿Realmente no tenías a nadie mejor?

—Tal vez siempre lo quise a él, pero estabas en mi camino y no me dejabas mirarlo. ¿O te olvidas las veces que hablabas sobre lo idiota que era tu mejor amigo? Me decías que era inservible, drogadicto y que no servía para nada. No me olvido de las veces que inventaste, porque ahora sé que es mentira, las cosas que Tyler decía sobre mí. Aquí el único que sale perdiendo eres tú, Joel...

—Prefiero perder a una prostituta como tú antes que encontrarla. Eres un envase vacío. Una de esas botellas preciosas que por dentro no hay nada...

Le di un empujón sintiéndome totalmente insultada por sus palabras, porque siempre había tenido un poder en mí que nadie más había logrado. Sus palabras tenían tanta seguridad que a veces creía que eran reales, que tenía toda la razón al hablar. En el segundo empujón fue él quien me devolvió el gesto con fuerza y caí hacia atrás, pero Tyler logró atraparme apareciendo detrás mío con una rapidez impresionante. Me aferró de los hombros y corrió del camino, acercándose a Joel dispuesto a seguir con esa violencia.

—Ni se te ocurra tocarle un pelo —lo amenazó y cuando Joel se empezó a reír finalmente Tyler le dio un puñetazo. Pegué un grito asustada porque fue con tanta fuerza que la sangre apareció al instante en la escena. Había tanto enojo en los ojos de Tyler y diversión en Joel que me asusté—. Vamos afuera.



Salieron a la calle mientras yo trataba de perseguirlos, pero ambos estaban totalmente decididos a golpearse sin pensarlo dos veces. Traté de decirle a Tyler que eso era una locura que no tenía sentido, pero también comprendía que no se trataba del todo de mí. Era una pelea de amigos, de dos personas que llevaban tiempo odiandose en secreto y fingían ser amigos por costumbre. Me pregunté si Tyler realmente me quería por quien era o solo porque era la novia de Joel.

La temperatura de la noche había bajado considerablemente y las nubes en el cielo me indicaban que se venía una gran tormenta que no sabía si estaba pronosticada. Había estado encerrada con Tyler todo ese día, ni siquiera había visto las noticias. Tal vez el mundo se venía abajo por un virus y yo prefería ver la pelea que estaban teniendo esos dos.

Muchas veces había visto en la televisión peleas entre hombres, pero había vivido algunas en mi vida y eran realmente violentas. Tyler y Joel comenzaron a golpearse con una fuerza que me preocupó y solté un alarido cuando la violencia comenzó. No quería verlos pelear, no tenía sentido pelear de ese modo. Me habían enseñado que lo mejor era hablarlo, sentarnos y tratar de arreglar las cosas que habían sucedido. Eso era la consecuencia de actos eternos entre ambos y de algo tan simple como hablar para limar asperezas.

—¡Basta! —gritaba, pero era imposible detener a esos dos y cuando quise ponerme en medio casi recibí un golpe. No iba a arruinar mi rostro por esos dos idiotas, si iban a pelearse tendrían que hacerlo solos y sabía que en algún momento todo eso iba a terminar.

Sin embargo, no lo hizo y aumentó toda la situación haciéndome dudar si no estaba realmente en una pelea de pandilleros. Joel tomó una botella del suelo, pérdida en la calle, y la rompió para usarla de arma. Eso fue una alarma para todos los presentes y las personas a mi alrededor, paseando por la calle, dejaron de caminar para observar lo que sucedía.

—Siempre necesitas hacer trampas para ganar, Joel... no puedes por tus propios medios. Vaya sorpresa —se burló Tyler y yo lo fulminé con la mirada porque no era un buen momento como para hacer ese tipo de cosas. Joel, cegado por el enojo y con el rostro cubierto de sangre, se acercó a su amigo moviendo la botella de un lado al otro. Temblé ante cada movimiento mientras gritaba su nombre y trataba de rogarle que no hiciera nada.

Para sorpresa de todos, Tyler le pegó un puñetazo en la cara que hizo volar la sangre cerca de mí y tomó la botella. Joel se cayó de rodillas por el dolor del golpe y fue Tyler quien ahora lo amenazó con el filo. La llevó hasta su rostro y pude ver como Joel temblaba de miedo por ese simple acto.

—¿Qué mierda te pasa, Tyler? —grité horrorizada dejándome caer de rodillas al tiempo que la lluvia comenzaba a caer sobre nuestros cuerpos. La tormenta había comenzado y eso logró despertar un poco a Tyler de su enojo. Las gotas comenzaron a caer sobre nosotros y yo me acerqué a Joel, que automáticamente se aferró a mí.

—¿Lo eliges a él? —me preguntó con enojo, con el tono lleno de rencor y enojo.

—No puedes hacerle esto a una persona, Tyler. No puedes ser tan violento como él, no funcionan así las cosas —le respondí enojada porque no podía creer que él no entendiera la importancia de no usar la violencia. Joel respiraba con dificultades y en ese momento me pregunté si necesitaba una ambulancia—. No voy a estar con alguien que usa la violencia de ese modo y cree que soy un objeto por el cual pelear. Lo siento.

La sorpresa le invadió el rostro y fue algo obvio que no esperaba eso de ningún modo. Decidí que lo mejor era no mirarlo porque había mucho que tenía que arreglar. No podía salir con alguien que fuera así de violento, que me tratara como trofeo y que además me hubiera ocultado que mi novio me engañaba. No sabía lo que quería, pero no quería seguir haciéndole daño a las personas.

Joel se tranquilizó una vez que Tyler nos dejó solos en la calle y lo ayudé a ponerse de pie caminando hacia la casa. Cuando entramos, él se dejó caer en el sillón y comenzó a reírse como un idiota. No le presté atención, sino que me encerré en la habitación. Su risa se apagó cuando aparecí con mi maleta ya hecha y con todas mis pertenencias. Se dio cuenta de lo que sucedía y que, al parecer, no estaba preparado para ver.

—¿Te vas? Pensé que me habías elegido a mí...

La que se rio, finalmente, fui yo.

—Yo ya dije que no elegí a nadie. Mucho menos a ti que lo único que has hecho es humillarme, Joel. ¿Qué creías que iba a suceder? Eres un asco de persona que solo le interesa ganar. Pues lo siento, hoy has perdido.

Ni siquiera miré atrás o escuché sus quejas, finalmente dejé a Joel en donde debía quedarse: la basura.

La sala caliente +18 [Editorial Scott #1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora