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Me extrañaba el hecho de que Wood hubiera faltado todo el día a clase, pero tampoco era algo que me tuviera que importar demasiado, así que de camino de vuelta a casa decidí que cuando llegara, le enviaría una petición de videollamada a mi amiga Rikki, y así lo hice.

—¿Qué tal va la vida de Rikki Burrell desde el otro lado del país? —Rikki al segundo de escucharme sonrío y empezó hablar tan deprisa que tuve que pararla.

—¡Para el carro Rikki! Por lo que veo sigues igual que siempre eh —observé que detrás de ella había toda una pared llena de pósters, tanto de bandas de música, como de mil series. Esa era mi Rikki—. Tenemos muchísimas cosas de que hablar.

—Ya estás tardando querida —me dedicó una de sus triunfantes sonrisas mientras se hacía una coleta con su largo y precioso pelo pelirrojo, eso es algo que siempre envidié.

—No no no, tu primero. Eres tú la que se ha mudado y está en un sitio nuevo, no yo.

—Se llama Doncaster, y no está tan mal como pensaba. La gente de aquí es muy amable con todos nosotros, y no sé puede que algún día llegue a acostumbrarme a todo esto —se encogió de hombros y suspiró—. Ya hecho una amiga, o eso creo, se llama Susan, y me está ayudando muchísimo en todo lo relacionado con el instituto. Y tú qué ¿Qué tal va todo por allí? ¿Emily sigue igual de odiosa que siempre? O mejor, ¿ya te has pillado por algún chico?

Me reí nada más escucharla, si ella supiera todo lo que ha pasado en tan solo una semana...

—Sí y no —le puse al tanto de todo, desde el primer día de clase hasta ahora, viernes. Hablando tanto de la pequeña conversación que tuve con Emily en el comedor, como del castigo, o como de la última vez que hablé con Wood, en el parque.

—Vaya Danielle, me voy y mira la que lías... ¡No me puedo creer que Theodore Wood esté interesado en ti! No es por infravalorarte amiga, ni muchísimo menos, tú vales incluso más que ese chico. Pero piénsalo, ¿Cómo es que después de tantos años viéndote por los pasillos del instituto decide justo ahora, hablar contigo?

—¿Quién ha dicho que esté interesado en mi? ¡Por qué todo el mundo dice eso! —levanté el tono de voz, y choqué la palma de mi mano contra mi frente.

—¿Estamos hablando de la misma persona? Es Theodore Wood. ¡Y te ha invitado a su fiesta de cumpleaños de este Sábado!

—Una fiesta a la cual no tengo pensado ir ¿Recuerdas? Sigo castigada.

—Danielle, yo soy tú y haría cualquier tipo de magia negra para poder ir —se encogió de hombros y me miró seriamente— ¿O es que eso del castigo es una excusa para no ir?

—Eso díselo a mí madre, si es una trola o no.

—¡Danielle baja ya, la comida está lista! —escuché a Marilyn decir desde el piso de abajo.

—Me tengo que ir ya, mi madre me reclama.

—¡Luego seguimos hablando! —Rikki se despidió y finalizamos la videollamada.

Cuando terminamos de comer, recogí toda la mesa y limpié la cocina hasta dejarla impecable. Mi madre se despidió de nosotros, y salió corriendo hacia el hospital, ya que la habían llamado diciendo que la necesitaban urgentemente, al parecer hace unos pocos minutos había ocurrido un gran accidente con múltiples heridos. Mientras que mi hermano estaba viendo la televisión yo, una vez más me subí a mi habitación.

Estaba a punto de tirarme a la cama, y dormir una larga y placentera siesta, cuando me llegó un mensaje de Whatsapp de un número desconocido:

—❝A las siete en la calle principal, te espero allí.

GREENWhere stories live. Discover now