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De camino a casa, después de recoger a mi hermano del colegio, le conté que esta tarde iba a venir Theo a casa, y cómo no, se puso muy contento, y empezó a saltar de la alegría.

—Estoy segura de que si pudieras, me cambiarías a mi por Theo. —dije mientras abría la puerta de casa.

—Dani, yo te quiero. Pero es que Theo es muy guay y divertido. —dejamos las mochilas y los abrigos en el recibidor, y fuimos hacia la cocina.

—Recuerdame que nunca te vuelva a dar pizza a escondidas de papá y mamá.

— ¡Nooo! ¡De todo menos eso, por favor!

—Tú te lo has buscado pequeñajo. —me encogí de hombros, y empecé a preparar la comida.


(***)

Estaba tirada en el sofá viendo una serie desde el ordenador, cuando el timbre sonó. Me levanté y caminé hasta el pasillo, pero un torbellino que tengo como hermano pasó delante mía corriendo para ir a recibir a Wood.

—¡Ya abro yo! —gritó, y al segundo, ya estaba en la puerta.

—¡Hola Theo! —abrió la puerta de par en par y se hizo a un lado—. Pasa pasa, no te quedes ahí.

Wood entró a mi casa, y pude decir que no llevaba la misma ropa que está mañana. Tenía una sudadera gris, unos pantalones negros, y unas deportivas blancas.

—¿Qué tal enano? —me apoyé en la pared para observar como se iba desencadenando toda la situación.

—¡Genial! Tenía muchas ganas de que vinieras.

—¿Ah si? Seguro que tu hermana también —se giró hacia mí y me dedicó una sonrisa.

—Wood, está muy mal mentir —giré sobre mis talones y fui a tumbar en el sofá. Tom y Wood me siguieron.

—Y bien, ¿qué tienes pensando hacer? —pregunté.

—El jefe es este chico de aquí —Wood se inclinó hacia mi hermano, y le revolvió el pelo—. Estoy a tus órdenes Tom.

—¡Voy a ir a por todo a mi cuarto! ¡Ahora vuelvo! —y salió corriendo.

—¡Ten cuidado, y no te mates por las escaleras!—grité.

—¿Siempre tiene esta energía? —preguntó Wood, mientras se sentaba al lado mía.

—Siempre. Cualquiera diría que somos hermanos.

—Es verdad. Tom es más simpático que tú.

—¿Sabes que te puedo echar de mi casa en cualquier momento no?

—¿Así tratas a tus invitados Stone?

—Sólo a quienes se lo merecen.

Thomas apareció con una bolsa llena de juguetes, coches, y mil cosas más.

—No sabía que teníais una tienda de juguetes en vuestra propia casa Tom.

—Theo, esto no es ni la mitad de los juguetes que tengo. —Wood me miró y levantó una ceja.

—Es verdad, a mí no me mires. —me encogí de hombros.

(***)

Tom y Wood estaban haciendo la merienda, mientras yo hablaba por Skype con Rikki.

—¿Qué tal va todo por allí? —preguntó.

—Ahora mismo tengo a Wood con mi hermano en la cocina, preparando la merienda.

—¿Wood, de Theodore Wood?

—Ese mismo.

—¡Por dios! —gritó—. Llámale, ¡quiero verlo con mis propios ojos!

—Venga ya, no es para tanto. —respondí.

—Cállate, y hazme caso por una vez.

—Está bien —accedí—. ¡Wood, ven un momento! —grité.

Theo apareció por la puerta del salón, con el pelo revuelto y con un paño de la cocina apoyado en el hombro.

GREENWhere stories live. Discover now