GREEN

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—¿Qué querías?—preguntó mientras se apartaba el pelo de la frente echándoselo para atrás.

—Una amiga mía quiere conocerte, ven conmigo.

Cuando Wood se sentó al lado mía y apareció por la pantalla del ordenador de Rikki, comprobé cómo Rikki se guardaba la emoción para ella sola, e intentó disimular lo mejor que pudo.

—¡Hola Theodore! Soy Rikki, amiga de Dani.

—Encantado, me puedes llamar Theo. —le dedicó una sonrisa a Rikki, y ésta le imitó.

—Estás más guapo de lo que te recordaba —comentó Rikki.

—Vaya, muchas gracias —respondió Wood— pero eso díselo a tu amiga, que no quiere reconocerlo. —Wood me dio un codazo y sonrió a Rikki.

—En la vida diré eso Wood, en cambio puedo decirte que eres un creído ¿no? 

—Bueno chicos, os dejo con esta discusión matrimonial, —se rió— tengo que irme a dormir ya, que en unas horas me levanto.

—Ya hablaremos tú y yo  —le dije a Rikki y al segundo cortó la videollamada.

—Como puedes comprobar es muy directa. —comenté mientras apagaba el ordenador.

—A mí me ha caído bien.

—A ti todo el mundo te cae bien Theo.

—Cierto, pero... —me cortó mi hermano cuando apareció en el salón gritando que la merienda ya estaba lista.

—¿Quieres probarlos? —dijo Wood al entrar a la cocina. —Tom prepárate.

Mi hermano se puso firme sujetando el plato lleno de cofres, y Wood se puso al lado suya haciendo exactamente lo mismo.

—Te presentamos un plato que no olvidarás en tu vida. —dijo Tom.

—¡Cofres con sirope de chocolate! —dijeron los dos al unísono.

—Madre mía, estoy rodeada de cracks. Seguro que está delicioso Tom, muchas gracias. —me agaché para llegar a su altura y le di un beso en la mejilla.

—¿Y mi beso? —escuché decir a Wood.

Cogí a mi hermano en brazos y me acerqué a Theo.

—Tom dale un beso a Wood. —Wood acercó su mejilla a la boca de Tom, y éste le dio un beso.

—Ahí lo tienes —le guiñé un ojo y sonreí.

(***)

Cuando terminamos de merendar, recogimos todos los platos y volvimos al salón.

—Nuestros padres volverán a las nueve de la noche. Puedes irte a la hora que quieras Theo.

—¿Acaso tienes miedo de que les conozca?

—Al contrario, mi madre está emocionada por conocerte cualquier día —Wood empezó a reírse nada más escucharme decir eso.

—No te reirás tanto cuando veas lo pesada que se pone mi madre cuando conoce a mis amigos.

—Tom, ven aquí —le indicó Wood a mi hermano, y éste se sentó al lado suya— ¿Tu hermana le habla mucho de mí a tus padres?

—No —contesté antes de que Tom lo hiciera—. Más bien te conocen como el chico por el que estuve castigada una semana, y como el nuevo mejor amigo de Tom. Él sí que habla maravillas de ti.

—Por algo se empieza ¿no?

—Danielle es una exagerada, mamá se muere por conocerte.  —comentó Tom mientras se reía. Wood lo miró por unos segundos, hasta que se giró hacia mí, y me preguntó.

—¿Con que tú madre tiene ganas de conocerme no?

—Te diré una cosa para que te calles de una vez —Wood enarcó una ceja y asintió dándome paso a que hablara—. Al principio no le caías nada bien a mi madre por todo el rollo ese de que nos castigaran y eso, pero Tom ha estado hablando tan bien de ti, que quiere conocerte de verdad—expliqué mientras iba a por un vaso de agua a la cocina. Wood me seguía.

—¿Solamente él? — susurró detrás de mi. Llené el vaso, y me giré. Estaba cerca, muy cerca.

—Sí, sólo él —respondí.

A cada segundo que pasaba, Wood se acercaba cada vez más a mí. Podía notar su aliento chocando con mi boca, su mirada estaba clavada en la mía, y nuestros corazones podían fundirse en un mismo latido sonando al compás.

Cerré los ojos, iba a besarme, y yo iba a dejar que lo hiciera.

Sus labios rozaron los míos, cuando escuché que alguien abría la puerta principal. Nos separamos rápido e instintivamente, y pude escuchar a Wood maldiciendo para él mismo.

Por suerte, por desgracia o por destino, mi madre se asomó por la puerta de la cocina.