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Salí del cuarto de Wood, y empecé a preguntar a todo el que veía si habían visto a Joe, hasta que por fin di con un chico que me dijo que se encontraba en el porche.

Cuando llegué allí únicamente vi a un grupo de chicas a un lado, y al otro, había una pareja besándose como si fuera el fin del mundo. Di unos pasos hasta llegar hasta ellos, y carraspeé la garganta. Al momento se separaron.

—Siento interrumpiros, pero necesito tu ayuda —me dirigí hacia Joe—. Soy una amiga de Theo, él acaba de tener una pelea con Bryan, y necesita que saques a toda esta gente de aquí. Me dijo que tú sabrías cómo hacerlo.

—¿Pero qué ha pasado? ¿Se encuentra bien?

—Sí, sí, le he dejado en un cuarto para que descansase un poco. Solamente necesita que se vayan todos. Cuanto antes mejor.

Y dicho y hecho, al segundo Joe se puso manos a la obra, y a los pocos minutos vi como toda la gente se iba de la casa de Wood. Algunos tan borrachos que les daba igual a donde ir, y otros que ponían a caldo a Theo.

—Voy a llevar a Elena a su casa —asentí—. Luego vuelvo, y me quedo con Theo, ¿te parece bien?

—Sí claro, no hay problema, no me voy a mover de aquí. 

Los dos se despidieron de mi y cuando ambos se subieron al coche de Bryan, me metí dentro de la casa y fui a buscar a Theo. Cuando entré en el cuarto, seguía tal y como le había dejado, tumbado en la cama mirando a la nada.

—Joe ya ha echado a todo el mundo, cuando deje a Elena en su casa vendrá aquí. ¿Te encuentras mejor?

—Sí, sí. Lo que ha pasado antes...

—Para —le corté— no hace falta que me des explicaciones de nada. Ahora mismo lo único que necesito es que estés tranquilo del todo.

— ¿Y tú qué vas hacer? Me refiero a que, los más probable sea que has venido aquí sin que tus padres lo sepan y...

—¿Como lo sabes? —volví a córtale, pero en cambio esta vez se rió al escuchar mi pregunta.

—Stone, eres muy predecible. Pero como te decía, lo mejor será que llame a Joe y te lleve a tu casa, no quiero que tus padres te vuelvan a castigar.

—No te preocupes por mí, puedo cuidarme sola. Además, tenía pensado quedarme aquí hasta que amaneciera.

—¿Y que hará tu madre cuando vea que nos has pasado la noche en tu casa?

—Me ofende que confíes tan poco en mi Wood —me llevé la mano al pecho e hice una mueca de dolor como si me hubieran clavado un puñal ahí —. Me las apañaré para que eso no ocurra.

A Theo se le calmó un poco el hinchazón de la mejilla, pero tanto él como yo, sabíamos que los próximos días iba lucir en su bonita cara, un precioso moratón. Cuando llegó Joe, los tres nos pusimos a limpiar toda la porquería que había, hasta que todo quedó limpio como la patena.

—No puedo más —suspiré y me tiré al sillón— necesito descansar un poco—cerré los ojos y respiré hondo hasta relajarme completamente.

(***)

—Danielle, despiértate.

—Déjame papá —me giré y le di la espalda—. Cinco minutos más por favor.

—¿Papá? Vaya Stone, no sabía que ahora aparte de ser tu amigo, era tu padre. Qué cosas tiene la vida.

Abrí los ojos de golpe al reconocer la voz de Wood y me giré bruscamente para ver que su cara estaba a unos escasos centímetros de la mía.

—¿Qué te pasa Danielle? ¿Acaso quieres un beso mío de buenos días? —me guiñó un ojo, y se echó a reír.

—Cállate, no seas idiota —le aparté y me levanté—. ¿Qué hora es?

—Queda poco para que amanezca, en unos minutos te llevo a tu casa.

—¿Cuántas veces te lo tendré que decir? Theo, puedo ir sola —estiré los brazos y las piernas para poder despejarme del todo.

—Es lo mínimo que puedo hacer para compensarte por todo lo que hiciste por mí.

—No tienes porqué hacerlo. Soy tú amiga, y los amigos se ayudan en los peores momentos ¿no? —al escucharme decir eso, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja.

—¿Te he dicho alguna vez que me encanta como hablas?

—Tendrían que pegarte más a menudo. Mira como estás, que me dices hasta cosas bonitas.

—Stone, no lo estropees.

—Está bien, está bien —en ese momento me rodeó el cuello con su brazo derecho, para acto seguido removerme el pelo con su otra mano.

—¡Cómo sabía que ibas a hacer eso capullo! —le empujé para apartarlo de mí, y le di un suave puñetazo en su hombro.

—Serás exagerada. Anda sígueme, que te llevo a tu casa.

(***)

—Gracias por traerme, aunque no hacía falta.—giró el volante a la derecha, y aparcó en la puerta de mi casa.

—No vamos a volver a tener esta conversación Stone.

Salí del coche, y cerré la puerta. Theo bajó la ventallina y yo me apoyé en el marco de ésta.

—Si no te llega un mensaje mío en las próximas veinticuatro horas Wood, que sepas que ha sido un placer conocerte.

—Dramática. Luego hablamos anda —se despidió de mí juntando su dedo índice con el dedo corazón para llevarselos a su frente y después moverlos hacia el frente y dejarlos en el aire. Yo simplemente le imité, para seguidamente girar sobre mis talones y entrar por la puerta de mi casa.

(***)

—¡Cariño levántate ya! —mi madre abrió la puerta, y me quitó todas las sábanas de encima.

—Mamá ... por favor... ¿qué hora es? Seguro que es muy pronto. Déjame unos minutos más. —volví a taparme con las sábanas, pero cómo no, mi madre me las volvió a quitar al segundo.

—Danielle, es la una de tarde ¿se puede saber qué ha pasado para que sea esta hora y sigas queriendo dormir?

—Nada mamá, lo de siempre. No podía dormir —sabía que si se enteraba del hecho de que la estaba mintiendo, no iba a salir en todo lo que quedaba de año, pero ya no había vuelta atrás.

—Venga anda, deja de ser tan vaga. En cinco minutos te quiero ver abajo.

—Está bien mamá.

GREENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora