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Me tomé otro ibuprofeno antes de subir las escaleras de la agencia. Hoy volvía al trabajo después de una semana en depresión profunda, siendo ayer el colmo de todo y el comienzo del profundo dolor que había en una de mis muñecas, de ahí que tomara ibuprofeno.

Young lo había conseguido. A esto se refería con alzarme o quemar ruinas, con presentarme y levantarme de la cama, pero algo que ella no contaba es que ya estaba acostumbrada a salir cuando algo iba a mal, incluso si el peligro estaba fuera. Pero hoy me había intentado mentalizar que no me iba a ocurrir nada, que no me encontraría a mi madre porque hoy tocaba de nuevo concierto. Me había intentado convencer que ellos me protegerían aun si desconfiaba, y es una tarea dura porque todavía no lo he conseguido.

Decidí esperar a las puertas de la agencia la llegada de la furgoneta, junto a Hye, quien me había visto y me saludó, pero que estaba tan inmersa en su lectora que no hubo conversación. Y eso no me molestó, de hecho no estaba de ánimos, como os habréis podido imaginar.

___

Eran las ocho de la tarde cuando vi la furgoneta llegar, el concierto empezaba a las diez. Hye me pasó la maleta donde estaban guardados los vestuarios de cada uno de los miembros y caminamos hasta el vehículo. Subimos y nos sentamos en los asientos que estaban libres; el mío se hallaba entre Taehyung y Jin.

Me saludaron, devolví el saludo y no fue hasta después de eso que V me preguntó por qué había faltado. Aun cuando yo había rezado para que no me preguntaran nada de camino al trabajo, sabía que iba a pasar. Entonces suspiré y respondí con un estaba enferma. De reojo vi las furtivas miradas de Hoseok, Namjoon y Yoongi.

Hace unos días atrás pensé que podría abrirme y contarles quién era esa mujer que vieron y qué tipo de persona era, pensé que podía desahogarme con ellos, ¿pero cómo hacerlo si no lo pude hacer con Young? Y ahora que me retractaba a hacer lo dicho, me demostraba lo poco que había avanzado. Lamentable. Solo quería que la tierra me tragara aquí mismo y me hiciera desaparecer de la faz, porque el dolor se volvía más profundo y estaba dudando si había más capas que dañar en mí o si ya estaba cruzando la última.

—Sun Hee—me llamó Jin—. ¿Estás bien?

Su pregunta me tomó por sorpresa, ¿tanto se me notaba que estaba en la mierda?

—Sí, ¿por qué?

Él señaló mi brazo.

—La venda, se ve—dijo.

Fui a cubrirme el brazo inmediatamente e intenté forzar mi mejor sonrisa.

—Dije que estaba enferma, ¿no?—Tragué saliva.—Fui al médico y estuve en casa por ordenes suyas—mentí.

—¿De qué estás enferma?—preguntó.

Me cubrí bien el brazo cosa que me dio tiempo para pensar en mi excusa. 

—Una bacteria—mentí pensando en Song Yoon—. Estuve vomitando durante toda la semana hasta que el medicamento hizo efecto.

Sus ojos reflejaban preocupación; él esperaba que estuviera mejor. 

Después de eso hubo silencio entre yo y todos. Había cogido mis auriculares y me había sumergido en la música que se iba reproduciendo aleatoriamente en mi móvil, hasta que llegamos. Una pequeña punzada en mi pecho se hizo presente, dolió pero no lo suficiente como para que tuviera ganas de llorar.

Salimos del coche y llevamos —entre Hye y yo— las cosas a los camerinos, luego esperamos a que terminaran las pruebas de sonido. Yo aproveché para dibujar en un pequeño cuaderno que me había traído y a medida que iba dibujando me sorprendía; las puntas de mis dedos temblaban, las líneas eran toscas y los colores fríos. Sin embargo, por mucho que intentara cambiar eso me desesperaba porque no lo lograba. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué no podía dibujar cómo siempre? ¿Por qué no podía dibujar como quería?

Cicatrices - BTSWhere stories live. Discover now