Las Entrañas del Fuego

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El archipiélago emergido de las aguas empezó a atraer a ambos barcos para sí a su centro, los cuales no podían hacer nada en absoluto dada la fuerza residente en dicha energía sobrenatural instalada sobre ese misterioso complejo de islotes vacíos de flora y fauna abundante en ellos. Un relámpago cayó de inmediato en los cielos cuando una tormentosa nube eclipsó estos, centrándose únicamente en el Lonely Pride y en las Siete Maldiciones, dejando a un lado la flota británica que tenía rodeada aquella escena. Conforme ambos barcos se acercaron, sólo el de los jóvenes piratas logró asentarse por completo en tierra, dejando en desventaja al navío oponente.

Jason dejó atrás el timón y como loco empezó a echar tierra por las barandas, gritó a toda la tripulación ir hacia tierra para poder ir hacia el centro de aquél diminuto archipiélago de muy pequeños islotes, para poder encontrar las maneras de descifrar los conjuros que rodeaban al barco que, quién sabe, les iría a atacar en ese instante. Todos los tripulantes asintieron y como locos, de un lado a otro, con la espada y los mosquetes fueron bajando, unos se cayeron dada la presión y la adrenalina que habían empleado para hacerlo, otros, sin embargo, lograron manteners firmes en tierra con leves tambaleos conforme hicieron eso, Jason fue el último y llamó a Marine y a Christopher unírseles al frente.

-¡Muy bien! Tenemos pocas horas para poder lograr deshacernos de las maldiciones de ese barco antes de que nos someta a su maldad y quiera pelear con nosotros. -Dijo, con el semblante serio y una mirada ardiente en deseos de aventura.- ¡Unos iréis conmigo y otro con ellos dos! ¿Vale?

-¡Vale! -Exclamó la gran mayoria-

-¡Venga, pues! ¡Los de este lado! -Señaló a una porción derecha de aquél amplio grupo- ¡Venid conmigo, los demás haced lo que os dije con Marine y Christopher! ¡Ahora!

En cuanto Jason echó a correr, aquella porción se dividió del grupo y les siguió, tratando de saltar de uno en uno, los multiples islotes situados ante ellos, que por alguna mágica razón se ampliaban y les dificultaba llegar hasta el centro del archipiélago. Marine y Christopher se miraron brevemente, y al igual que Jason, ordenaron a los suyos ir hasta allá.

Capitán Maldito, desde la cubierta de las Siete Maldiciones, frunció el ceño y supo que él no podía tocar tierra, por lo que reunió a toda su tripulación y bajo un oscuro encantamiento les ordenó en voz alta ir hasta la arena de los islotes para poder bloquear a los jóvenes del Lonely Pride. Los tripulantes medio-humanos, medio-bestias y medio-esqueletos (Dependiendo de la perspectiva) acataron la orden de su vengativo capitán y traspasaron de inmediato la madera oxidada del barco, habiendo dejado atrás la posibilidad de poder llegar mediante las sogas, ellos se disgregaron al igual que los otros, con las espadas en mano, como caníbales.

-¿¡Hacia donde podemos llegar!? -Exclamó Evangeline, echando a correr-

-¡No lo sé! -Gritó Christopher- ¡Pero lo importante es llegar en cuanto antes!

-¡Cuidado! -Dijo Jacob-

Unas varias sogas volaron hacia ellos y todos decidieron tirarse hacia tierra, para poder esquivarlas. De repente, se levantaron tanto como pudieron y sacaron sus espadas.

-¿De donde ha venido eso? -Dijo Alexandre-

-De ellos...-Inquirió Christopher-

Una parte de la tripulación de las Siete Maldiciones iba como caníbales hasta ellos, notando como el ambiente se ponía aún más tenso fruto de la tormenta. Los jóvenes se pusieron en posición de combate, esperando a ese grupo de tripulantes ir a por ellos.

-¿Listos? -Dijo Marine-

Los jóvenes hicieron acto de sus piernas y corrieron hasta ellos, estos hacían lo mismo, y ambos grupos colisionarion y arremetieron mutuamente. Christopher le pegó en la cabeza a uno, dejando al descubierto su putrefacto cráneo, Marine sacó dos dagas y se las insertó en ambos vientres a dos que venían tras ella, y luego, colocó el mosquete en la cabeza de uno, mirándole desafiante.

El Reino de los Piratas I - El Capitán de las Siete MaldicionesWhere stories live. Discover now