La Tempestad Británica

161 6 2
                                    

La flota británica entera iba a por los tan sólo dos barcos piratas ahí juntos, con bastante facilidad de perder y de ser hundidos bajo las aguas. Aquello iba a ser, sin duda, una masacre, ¿Cómo podían dos navíos contra toda una armada naval compuesta por muchísimos barcos oponentes?

-¡Lo mejor será dar la vuelta! ¡No podemos enfrentarnos a toda una armada! -Gritó Jacob

-¡Es inútil! -Repuso Christopher- ¡Aún demos la vuelta nos estarán persiguiendo hasta tenernos!

Se había formado una discusión en medio de la cubierta del Lonely Pride entre los tripulantes, pero tan sólo una verbal, pero en cualquier momento alguien sería capaz de sacar el mosquete y empezar los disparos. Aún así, el único que acató el disparo con el suyo fue el Capitán Sturgess, para poder tranquilizar las múltiples voces que hacían espacio en el lugar.

-¡Callaos! Huir seguro es una alternativa, pero como dijo Christopher, nos estarán persiguiendo.

-¿Recomiendas que nos persigan? -Dijo Marine-

-De todas formas algunos nos irán a perseguir, por pesimista que suene -Repuso Alexandre, moviéndose los rizos de un fugaz gesto-

-Esto es simplemente de locos -Suspiró Jacob-

En medio de aquella discusión, Evangeline se acercó rápidamente a la baranda del barco y habiendo colocado sus manos allí, noto como el mar de repente se agitaba, provocando que así que todos los barcos ingleses se detuviesen. Así mismo, la discusión finalizó de una vez por todas cuando el silencio se hizo en cubierta, Christopher se acercó a ella, colocando sus manos entre ambas sogas amarradas a la madera.

-¿Qué...qué está pasando?

-No lo sé.

Por muchos ángulos hubo grandes chapuzones en el agua, dando a entender que varias estructuras emergían del agua al unísono, todas ellas detrás del Lonely y del Horizonte, inmediatamente estas se revelaron nada más y nada menos que barcos piratas, formando así una poderosa y amplia armada. Christopher rápidamente entendió de donde habían salido todos estos barcos, pues la diosa Elipsis los había liberado de su cautiverio en las botellas, y por un momento, se sintió sumamente agradecido y lleno de júbilo por ella. Susurró en voz baja un ''Gracias'' esperando que, de alguna forma, Elipsis pudiese captarlo.

Ahora bien, los capitanes de todos esos barcos eran variados; unos eran de rasgos asiáticos, otros africanos, algunos eran mestizos y unos cuantos cruces. Era sin duda, una armada bastante grande, perfecta para contrarrestar a los ingleses.

.

Marian tiró con fuerza su taza de café al suelo, y de inmediato esta se rompió en muchísimos fragmentos. William captó el ruido, pues estaba a unos pocos metros de ella.

-¿Esto...como...es posible?

Los varios oficiales recorrían la cubierta de aquí para allá cargando con las armas; cañones, barriles, pistolas, etcétera, aún pese a todo, estaban dispuestos a pelear de acuerdo a las órdenes de Lady Marian.

-¿Qué vamos a hacer ahora, Lady? -Dijo William- Créame que no por esa armada pirata repentina que respalda a esos dos barcos vamos a dar vuelta atrás y dejar huir a nuestro objetivo.

Marian entrecerró los ojos y alzó las cejas, amenazante, se puso al frente del joven, dejando lucir su pistola en su garganta, ella sonrió sin aparente felicidad, sólo neutralidad rellenada por ironía, lujuria y por supuesto, malicia.

-No me juzgues en lo que tengo que hacer, William Olsen. -Y ella lo retrocedió hasta una pequeña pared- Porque sino, soy capaz de tirar de este gatillo, matarte, y hacer que tu padre y toda Gran Bretaña crea que fuiste asesinado por los piratas, aunque en realidad, fui yo quién difuminó la vida de ti.

El Reino de los Piratas I - El Capitán de las Siete MaldicionesWhere stories live. Discover now