Capítulo Veintiséis

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Nota de autora: Capítulo largo y con más diálogos que pensamientos ¡Estás advertida (o)!

Capítulo veintiséis.


— ¿Planeas ir a la universidad? —Le pregunto a Caden mientras estamos sentados en las escaleras frente a mi casa.

—No lo creo, no ahora —mastica con lentitud una de las papas que está comiendo.

— ¿Por qué?

—En primer lugar, señorita Leslie...

—Ya te dije que puedes decirme Leslie.

—En primer lugar, señ...Leslie —se aclara la garganta—. Todavía lucho con mi monstruo.

—Pero todo va bien, Caden, tu madre me ha dicho de lo mucho que has avanzado, el pronóstico es bueno.

—Pero con el cáncer todo es incierto —Se encoge de hombros—, puedo simplemente un día no despertar o entrar en la última fase. Duele decirlo, pero sabemos que el cáncer te ataca en cualquier momento.

Sus palabras están llenas de una verdad que quiero ignorar, él hace una mueca y se pasa una mano por su calvicie, a diferencia de mi hijo, las cejas de Caden están volviendo a crecer y aunque aún luce muy delgado, de alguna manera esta última semana se ha visto algo más saludable.

—Y otra razón es que voy un año atrás de lo que debería con la escuela, al cáncer no le gusta la escuela por eso me aleja de ella —Volteo a verlo y una vez más se encoge de hombros—. Mi familia tampoco tiene dinero, esa es una razón muy válida también.

Lo lamentable es que basándome en el recuerdo de quien me señaló cómo su padre, Caden podría llevar una vida económica muchísimo mejor si ese político se hubiese hecho responsable económicamente.

—Otra razón —prosigue—, he pasado tanto tiempo en hospitales que la idea de atarme a otra cosa me agota. He pasado todos estos años estudiando a medias, educándome a través de mis lecturas y conversaciones, si sobreviviera al cáncer me enfocaría más en la vida práctica y menos en teoría. No lo sé, solo quiero vivir.

—Me alegra que te conociéramos, Caden. Has influido mucho en la vida de Arthur, eres de la familia.

—Gracias —Me da una pequeña sonrisa—, significa mucho.

Nos mantenemos en silencio y él saca uno de sus mangas comenzando a leer mientras yo solo veo al cielo intentando mantener mi mente en blanco, pero es difícil no pensar en que mañana una vez más internaremos a Arthur y que de nuevo el dinero es una incógnita en nuestra familia. Trabajo tantas horas cómo puedo, vendo galletas y pasteles, Eva trabaja dos turnos al igual que papá y Elanese me ayuda tanto cómo puede cuidando a Arthur. Lo damos todo y aun así no entiendo por qué no es suficiente.

Bajo la vista cuando me doy cuenta de que el auto de papá acaba de llegar, estaba haciendo las compras. Me pongo de pie para irlo ayudar y mientras tomo un par de bolsas, me doy cuenta que se encuentra inusualmente callado y parece nervioso.

— ¿Papá?

—Creo que hice algo que no te va a gustar, hija.

—No entiendo qué podría ser eso, eres el hombre más sensato que conozco —Le sonrío.

—William ha vuelto a la ciudad —anuncia y me paralizo.

— ¿William ha vuelto? —repito intentado procesar las palabras.

—Sí, él ha vuelto y yo... —exhala con lentitud—. Yo le dije un par de cosas muy duras sobre su irresponsabilidad.

—Que no lo necesitamos, que es un pobre desgraciado que se ha estado perdiendo del niño más increíble del mundo y nunca recuperará todo lo que perdió por miedo. Su irresponsabilidad le salió cara.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)حيث تعيش القصص. اكتشف الآن