La inspiración de Andrew (BG.5 libro #5)

Capítulo Cuarenta y seis

Capítulo cuarenta y seis.

—¿Qué estás viendo? —Me sorprende la voz de Elanese desde atrás y casi dejo caer mi teléfono—. Oh, a Andrew Wood.

—Lo veía porque...

—¿Por qué? —Me insta a continuar con una sonrisa.

Rodea el sofá y se deja caer a mi lado. Es de las pocas noches que paso en casa, nunca me quiero separar de Arthur, menos estos últimos días que están siendo tan difíciles, pero papá me rogó que viniera y durmiera en casa porque se preocupa por mi salud y Eva se encuentra con Arthur.

—Porque no puedo creer esta increíble persona que es, lo que ha hecho y cuando él mira a Arthur, cuando me ve a mí, yo...Me llenó de muchas emociones.

»Tenía en mi cabeza todo este concepto de Andrew basado en la visión de Arthur —Rio por lo bajo—, pero ¿Cómo es que es incluso mejor?

—Diría que es tu BG.5 favorito —Sonríe— y eso que lo tuyo no son los rubios.

—Ya olvidé incluso cuál es mi tipo de hombre —Me rio.

»Será afortunada quien sea con quien decida estar, es un gran hombre y estoy segura de que hará feliz a quien consiga ese corazón valioso.

—Tú también serás feliz —apoya la mejilla en mi brazo— y el hombre que atrape tu corazón, será malditamente afortunado. Luego tendrás muchos bebés que harán feliz a Arthur y a todos porque eres una madre increíble.

—Extraño las citas, complicidad, ser tonta y sentir mariposas, los abrazos, besos y el sexo ¿Es egoísta mencionarlo?

—No eres únicamente madre, también eres mujer, no lo olvides. Tienes derecho a extrañar esas cosas y querer vivirlas de nuevo.

—Tal vez algún día —Le doy una media sonrisa—. Ahora, no es el momento, pero algún día lo será.

—Estoy segura de que así será. Algún día, Les.

—Esperaré por ello.

14 de agosto, 2016.

Gimo y veo hacia el techo, abriendo tanto cómo puedo las piernas y presionando el rostro de Andrew contra mí, con el deseo latente de conseguir más de esa boca talentosa que me está dando placer en este momento.

Soy fanática de despertar a su lado porque Andrew siempre, pero siempre, parece despertar con ganas de sexo y la verdad no tengo ninguna queja al respecto. Así que cuando su lengua se aplana y presiona ese nudo justo en donde lo necesito en tanto dos de sus dedos se mueven dentro de mí, consiguiendo tocar el punto perfecto, grito y me estremezco, temblando y humedeciendo las sabanas pese a que él intenta lamerlo y saborear todo el placer que saca de mí.

No sé cuánto tiempo me toma recuperarme, pero estoy jadeando, el corazón me late de prisa y siento que veo estrellas.

—Amor, creo que necesitas dejarme ir para poder respirar —dice Andrew contra mi piel sensible y húmeda, lo que me hace estremecer.

Solo entonces relajo las hebras rubias que se escapan entre mis dedos y quedo con los brazos extendidos a mi lado; viéndolo cuando se alza sobre mí con los labios rojizos y húmedos, sonriendo y con las pupilas dilatadas. Al hacer un recorrido lento por su cuerpo me encuentro con sus pectorales fuertes, los tatuajes, los abdominales tensos y esa increíble erección reflejando la manera en la que cada día me desea incluso ahora que mi vientre de cinco meses ciertamente es más grande que el promedio, me desea con el mismo desenfreno.