Capítulo Cincuenta

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Capítulo cincuenta.


Finalmente encontré la fuerza y voluntad para venir a ver a Andrew Wood.

No nos vemos desde el funeral de mi hijo, cuando su presencia atrajo a la prensa que luego escribió artículos hirientes de Arthur cómo un moribundo, pero yo no lo culpo, sé que esa nunca fue su intención.

Estamos rodeados de más personas incluso me duele ver al pequeño hijo de Harry Jefferson, pero enfoco mis ojos cansados en Andrew.

—Esto es breve, Andrew. Solo pensé que no fui justa en agradecerte todo lo que hiciste por Arthur—Trago, intentando encontrar fuerza para el resto de mis palabras—.Gracias por darle esa gran sonrisa incluso hasta su ultimo día, cuando te escribí no esperé que realmente hicieras todas esas cosas por él, lo hiciste tan feliz, y también a mí. Si él era feliz yo también lo era.

»Todos esos fotógrafos me hicieron sentir furiosa y herida, pero he tenido mi tiempo de reflexión sabiendo que no es tu culpa, es tu vida y lo respeto, eso no quita que hayas sido una persona maravillosa con Arthur—Acepto el pañuelo que Elanese me da cuando mi voz se quiebra y las lágrimas comienzan a caer—. Realmente gracias, siento que nunca podré agradecerte lo suficiente. Aun cuando siento este gran agujero en mi pecho, toda esta tristeza y vacío, sé que hiciste que mi bebé fuera feliz, un email no es justo para agradecerte por eso—Veo a los demás, tan agradecida del momento que le dieron a mi bebé—. A todos ustedes gracias, se tomaron el tiempo de verlo.

—Cumplieron su deseo—murmura Elanese—, cumpliste su deseo, Andrew, todos estamos agradecidos por eso.

Lo veo presionarse los dedos en los ojos, cómo si controlara sus lagrimales y eso a mí me llega hondo. Quisiera abrazarlo.

—Lo dije aquella vez, yo no fui su héroe Leslie. Su heroína fuiste tú, la mujer que luchó con él incluso hasta el final y que fue lo suficiente valiente para dejarlo ir—murmura suavemente haciendo que el nudo en mi garganta crezca—. Gracias por haberme permitido conocerlo.

Exhalo con lentitud antes de acortar la distancia entre nosotros, levantarme sobre las puntas de mis pies justo cuando él baja y nos abrazamos.

Es cálido y de alguna manera me hace sentir consuelo, también derramo lágrimas y lo abrazo con la misma fuerza que él me devuelve. Tal vez creamos algún tipo de conexión, para mí siempre será más que el héroe de mi hijo y siempre lo recordaré cómo más que un miembro de BG.5.

—Eres increíble —murmuro— y ojalá la vida me dé la oportunidad de algún día reencontrarme contigo y poder decirte que estoy bien.

Él asiente o al menos así lo siento mientras me abraza con más fuerza.

—Y que eres feliz, eso me gustaría.

—A mí también. Gracias, Andrew.

—Gracias a ti —susurra en mi oreja—. No quiero soltarte.

Sonrío porque también me gustaría quedarme envuelta en la comodidad de sus brazos, pero el mundo real me espera y debo enfrentarlo.

Sin embargo, lo abrazo por otro poco más y podría durar minutos, pero una bonita mujer aparece buscándolo y yo retrocedo, preguntándome si algún día nos reencontraremos y podré decirle que estoy bien y feliz.


30 de noviembre, 2016.

Quince días desde que somos cinco integrantes en esta pequeña familia.

Quince días de tres dulces caritas que nos hacen suspirar y nos enamoran día tras día.

Quince días de ver la manera en la que van descubriendo el mundo y nosotras a ellas.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora