Capítulo Treinta y Cuatro

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Capítulo treinta y cuatro.

A veces intento entender la forma en la que esta banda se ha vuelto un gran motor para la vida de mi hijo, especialmente Andrew.

Pensaría que Arthur estaba en una fase, que cambiaría de favorito, pero siempre ha sido Andrew, siempre él.

Y esa tiene que ser la razón por la que me encuentro viendo durante demasiado tiempo su rostro en la revista y leyendo una breve entrevista. Siento que en parte lo conozco a través de todo lo que Arthur comparte conmigo, pero también quisiera conocerlo. Quisiera sentarme a tener una conversación en dónde me explique cómo hace para componer canciones que se quedan tan hondo en el corazón de mi pequeño, cómo transmite tanto con sus sonrisas en las fotos o a través de los pocos vídeos que he visto.

—Quisiera conocerlo —Me encuentro murmurando.

— ¿A quién? —Me sorprende la voz de papá detrás de mí— ¿Qué haces despierta?

—Tomo un té, no podía dormir —respondo— y quiero conocerlo a él.

—Andrew Wood —Lee—. ¿No es éste uno de los candidatos de Arthur para que te cases?

—Haríamos buena pareja —Bromeo poniéndome la revista con su rostro a un lado del mío—. Pelinegra de ojos azules con rubio de ojos mieles, bebés adorables y todo.

Todo lo que hace es reír yendo un por un vaso de agua. Dejo la revista de nuevo sobre el mesón y lo veo.

—Creo que sería lindo conocerlo y tener una conversación con él, se ve cómo una buena persona.

—Avísame si lo conoces y se cansa —Se ríe saliendo de la cocina.

— ¡Lo haré! —grito a su espalda antes de llevarme una mano a la boca recordando que todos duermen.

»Andrew Wood —digo viendo la revista— ¿Cómo consiguió un nombre de súper estrella? —Me rio finalmente pasando la página.


8 de abril, 2016.

Veo el reflejo de Andrew detrás de mí través del espejo del baño que me trae calientes recuerdos sobre la manera en la que empujaba dentro de mí aquella mañana y por la manera en la que me ve y sonríe, intuyo que él piensa en lo mismo.

Devolviéndole la sonrisa, termino de recogerme el cabello en una coleta baja de lado. Siento su mano deslizarse por mi espalda hasta la curva de mi trasero en donde la deja descansar mientras su otra mano viaja entre mis pechos hasta llegar a mi abdomen y extender sus dedos. Me estremezco.

Su toque en mi abdomen es dulce y de nuevo no puedo evitar maravillarme por la forma en la que Andrew ha reaccionado a este embarazo. Creía en él, pero si hubiese tenido alguna duda, todo esto ha terminado de aplastarlo. Él de verdad esperaba y quiere a este bebé, es feliz, está emocionado y creo que eso es lo bonito de haber planificado este embarazo.

Por supuesto que amé y amo a Arthur con todo mi corazón, pero no puedo fingir que los primeros meses de embarazos, casi todos, me sentí angustiada y era difícil vivir plenamente la felicidad cuando me sentía tan pérdida, sola y asustada porque no quería ser mamá. Mi niño fue y siempre será especial, pero eso no quita el hecho de que me sienta agradecida de poder vivir esta experiencia en donde me sentía preparada para la posibilidad y todo ha sido alegría desde el primer instante, en donde el papá de mi bebé comparte mi emoción y está aquí, a mi lado, imaginando de la misma manera en la que yo lo hago cómo podría lucir, cómo será.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora