Capítulo Ocho

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Capítulo ocho.

Termino de leer el cuento y sin embargo, grandes ojos azules se mantienen muy abiertos, parpadea mirándome a la expectativa. Suspiro, así que los cuentos para dormir ya no tienen efecto. Reprimo un bostezo porque a diferencia de mi hijo, sin una pizca de cansancio, a mí el trabajo está pasándome factura.

Sonrío hacia Arthur y él me devuelve el gesto.

—Esta es la parte en donde te duermes —Doy un toque en su nariz con mi dedo.

—No quiero dormir, no tengo sueño mami.

Me hace espacio en su cama individual y entiendo lo que quiere. Me acuesto a su lado de costado para verlo y sonrío cuando toma un mechón de mi cabello y finge que es su bigote, luego juega con el enredándolo en su dedo.

—Andrew ya no es mi ídolo —Me informa.

Me toma cinco segundos entender que habla del chico BG.5, aun no me tomo la molestia de investigar sobre ellos, pero escuchando a Arthur cantar un par de canciones, pese a que una parece tener una insinuación sexual disfrazada, no hay nada vulgar o que deba censurar en ellas, sin embargo, de verdad debo investigar en que banda está reclutando Leah a mi hijo.

— ¿Por qué ya no es tu ídolo? Pensé que ambos lo éramos —Le guiño un ojo.

Se mueve de costado y acerca su rostro al mío, con su nariz acaricia la mía, es algo que ama hacer y es una cercanía que siempre derrite mi corazón.

—Tampoco eres más mi ídolo.

—Auch ¿Cómo perdimos ese privilegio?

—Porque ahora son mis superhéroes, mami —Aleja su rostro y me mira con una sonrisa—. Los ídolos son geniales, pero los superhéroes lo máximo.

—Te amo —Le digo y deja un beso en mi nariz—. Te amo mucho, Sonrisas.

—Te amo —dice acariciando con sus dedos mi cabello.

Comienza a tararear esa canción de la banda que parece no salir de su cabeza mientras juega con mi cabello. Lo miro embelesada, maravilla ante el hecho de que esta pequeña persona maravillosa me llama "mamá". El cansancio poco a poco me va ganando, su caricia en mi cabello, su tarareo infantil y luego su otra mano tomando la mía me hace sentir serena cuando termino por quedarme dormida en su habitación y antes que él.



29 de enero, 2016.

Leo de nuevo uno de los informes con los que estoy ayudando a Eva e ignoro el golpeteo de Elliot en la puerta de la casa. Hoy no tengo ganas de lidiar con él y prefiero fingir que no estoy incluso cuando él grita que sabe que estoy aquí.

—Sé que estás ahí, abre o sumaré esto a mis abogados —grita.

¿Qué va a decirle? ¿Qué el dueño de una propiedad privada no quiere abrirle la puerta? Qué tontería. Ruedo lo ojos frustrada porque sus gritos no me dejan concentrarme en lo que leo, pero me niego a abrir la puerta o tratar con él ¿Puedo llamar a seguridad y fingir que está perturbando el orden público? No, eso añadiría más drama a Elliot.

Tomo mi teléfono y marco el número de Elanese, ella no tarda en responder y antes de que pueda decirme algo, me acerco a la puerta para que escuche el berrinche de Elliot, cuando llevo el teléfono a mi oreja, ella está riendo.

— ¿Qué sucede con Elliot? Parece en medio de una rabieta.

—Estoy fingiendo que no estoy en casa, pero obvio sabe que sí.

La inspiración de Andrew  (BG.5 libro #5)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt