Diario Pao

2.5K 627 279
                                    

Estoy tan emocionada que ni siquiera sé por dónde comenzar

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Estoy tan emocionada que ni siquiera sé por dónde comenzar. No recuerdo haber sentido antes el corazón saltar de este modo en mi pecho. Mañana posiblemente me arrepienta, comprobaré lo tonta que soy, vendrán los reclamos y decepciones, pero hoy deseo soñar despierta. Aunque esta vez, por raro que parezca, la realidad superó mi imaginación. Debo controlarme o mamá va a tocar a la puerta y me preguntará, ¿qué demonios sucedió? Entonces será imposible retener esa risa nerviosa que se escapa cada que un recuerdo aparece.

Lo sé. Lo sé. Estoy siendo irracional, pero nunca viene mal alejarse un poco del guion.

No creo olvidar esta noche, no quiero hacerlo. Han sucedido tantas cosas en unas horas que me cuesta ordenarlas en mi cabeza. Mamá dice que cuando tenemos el corazón lleno, este envía la sobrecarga a la mente. Creo que tiene razón, la especialidad son los consejos. Sabe de lo que habla y tiene el detalle de compartirlo.

Esta noche, por ejemplo, ha acertado en la elección de ropa que me sugirió. Al principio no estaba convencida, no soy fanática de los cambios, pero insistió con una sonrisa a la que fue imposible negarme. Nunca sé decir no a una sonrisa. Sobre todo si lo acompaña de un: ¡Vamos, hoy es un buen día para probar algo distinto! No un cambio radical, después de todo, ella suele remarcar lo importante que es quererme tal como soy. Pasamos una tarde juntas, revolviendo el armario y probando cosas con las que jamás saldría. Me divertí mucho, igual como siempre que estoy con ella.

Supongo que con ese inicio mis expectativas debieron elevarse, pero no lo hicieron, por lo que me sorprendí cuando Emiliano, apenas atravesé la puerta, mencionó que le parecía guapa. Bueno, usó palabras más bonitas. Creo que es la primera vez desde que nos conocimos que suelta un halago sin una broma de por medio. Para él, el humor es armadura y consuelo. Las palabras pueden mentir, pero la forma en que me miró durante la noche reveló hablaba en serio. De todos modos, lo que opinara de mi apariencia no es tan relevante como todo lo demás.

Las palabras que salieron de su boca son las culpable de mi insomnio. ¡De nuevo está esa sonrisita tonta en mis labios! No puedo evitarlo. Es solo que me había resignado a que Emiliano jamás dejaría de verme como una hermana. Durante estos años nunca hemos cruzado la línea de amigos. ¿Cómo lo haría siendo consciente de sus sentimientos? Sin embargo, sin esperarlo, parece que algo cambió.

¡Casi me besó! Bien, no debí saltar directo a ese momento, pero me tiene tan emocionada. No puedo creer lo cerca que estuvimos. Sabía que no eran las mejores circunstancias, mas lo olvidé cuando me sonrió. Emiliano tiene una de las sonrisas más bonitas del mundo, es como si con ella te dijera que todo estará bien. Sin grandes esfuerzos te hace creer que así será, le basta con mirarte con sus vivaces ojos negros para que todos esas mariposas dormidas emprendan vuelo.

Al final no lo hizo por varias razones. La primera fue que recordó que sería mi primer beso, para ese punto yo casi lo había olvidado, pero en lugar de reírse, dijo que merecía algo especial. Mi corazón se enterneció al notar que se preocupa por mí. Emiliano no es la clase de chico que se aprovecharía de tus vulnerabilidad, eso me hace confiar más en él. ¡En verdad le importo! Bueno, eso ya lo sabía, siempre hace cosas por mí: asegurarse de que llegue bien a casa, acompañándome a comer, escuchándome durante horas.

Aunque por otro lado está Laura. Me siento terrible por estar feliz al pensar que puede dejar de quererla, pero esta noche cuando llegó al bar en lugar de olvidarme y centrar su atención en ella parecía quería estar conmigo. ¡Conmigo!  Está mal. Mal. Laura no tiene la culpa. En verdad sentí pena por ella, dudo que su intención sea hacer daño, me da la impresión que está perdida e intenta hallar puerto. Ojalá pudiera ayudarla, mas la noto recelosa conmigo, natural siendo desconocidas.

Sin embargo, en el fondo no puedo ignorar que ahora él me ve a mí aunque esté ella presente. Quizás la está olvidando. Sé que debería plantearme la amarga posibilidad de que solo me use para sacarla de su cabeza, pero ocurre lo contrario. He sido testigo de su adoración por ella, era consciente que solo algo intenso podría arrancarla de su mente y estaba convencida de que lo que pudiera llegar a sentir por mí jamás lo sería. Pero...

Miriam me escribió hace un rato para decirme que Emiliano había estado preguntando por mí, que él deseaba verme, se preocupó por mi desaparición. Hace un rato me ha llamado, pero no pude contestar. Creo que lo mejor será hablar cuando esté en sus cinco sentidos.

Emiliano. Emiliano. Emiliano. Hasta escribir su nombre es bonito. 

Emiliano y Pao, se lee mucho mejor. Creo que hasta suenan bien juntos.

Acabo de sonreír como una boba después de pronunciarlos en voz alta.

Mi Pao, como quien considera especial a alguien entre tantas personas. No uno posesivo que busca encadenarte, sino uno tierno que te recuerda que un pedazo de su corazón está destinado para ti.

Debes pensar que me estoy ilusionando en vano, que es tonto imaginar que mañana todo se resolverá. Emiliano estaba borracho, estoy segura que mañana no recordará ni la mitad de lo que habló. Sin embargo, tenerlo presente no a logrado borrar mi sonrisa porque el alcohol pudo usurpar su voz, pero no la intensidad de su mirada, sus cálidas sonrisas o la manera en que su corazón latió desde que estuvimos juntos en la tienda. Esto no significa que este enamorado de mí, pero sí que no le soy del todo indiferente, algo pequeño, casi escondido, debo despertar en él. 

Tal vez ese sutil sentimiento es el que le impulsa a pedirle lea para él, el que me escribe para saber si llegué bien a la veterinaria o quien dibuja una sonrisa en su rostro al contarle cosas que nadie más tuvo interés antes por mí. Acciones valiosas empujadas por un pequeño sentimiento.

También he conocido un chico en el bar, es agradable y le gusta soltar halagos, pero ni siquiera me creo capaz de contestar su mensaje cuando es imposible sacarme el nombre de Emiliano de la cabeza.

No sé qué haré cuando vuelva a verlo. Pensar en qué diré agita mi corazón. Una parte de mí tiene miedo de enfrentar la verdad, otra no puede esperar para que llegue ese momento.

 Una parte de mí tiene miedo de enfrentar la verdad, otra no puede esperar para que llegue ese momento

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Hay otro capítulo publicado ♥️.

El club de los rechazadosWhere stories live. Discover now