Capítulo 56

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Aviso importante: Antes de que se me olvide, quiero invitarlos a participar a la dinámica que organicé en mi instagram para elegir la mejor pareja y amistad de mis novelas

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Aviso importante: Antes de que se me olvide, quiero invitarlos a participar a la dinámica que organicé en mi instagram para elegir la mejor pareja y amistad de mis novelas. Todos los días publicaré un duelo y ustedes decidirán su favorito. Pueden votar por su pareja favorita en mis historias en Instagram (JanePrince394_wattpad). Estoy preparando una sorpresa.

Hay cosas que no tienen sentido, o al menos carecen de él hasta que decides hacerlas realidad

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Hay cosas que no tienen sentido, o al menos carecen de él hasta que decides hacerlas realidad. Así que si me preguntan qué fue lo que me empujó a estar en medio de esa cafetería, confieso que ni siquiera yo lo sabía. O tal vez sí, dejar de postergar conversaciones importantes. Era bueno en eso último y malo asumiendo las consecuencias, había llegado el momento de cambiar.

Impaciente pasé la mirada por el lugar abarrotado hasta detenerme en la puerta. Nada. Por décima vez volví a disculparme con una sonrisa con la amable mesera, esperando no me echara por ocupar una mesa sin animarme a hacer el pedido. Esperé no tardaran o me adelantaría. Con tanto tiempo libre para repasar el menú ya tenía una lista de opciones que me vendrían bien si me dejaban plantado. Tenía experiencia en el tema.

Por suerte, no hubo necesidad. Sonreí aliviado cuando el cristal dejó a la luz a ese familiar dúo, tan distinta entre sí que cualquiera se preguntaría a qué se debía su complicidad. No había una razón, la buena amistad que formamos los integrantes del club era un enigma.

Apenas me distinguió tras un fugaz vistazo, Miriam me regaló una alegre sonrisa al encaminarse a la mesa, ocupando el asiento frente a mí. Hace unos meses que se había convertido en mamá y, aunque no se reintegraba de lleno a su trabajo, ya vestía ropa más parecida a la que usaba antes de su embarazo. Tacones, faldas de tubo y blusa de colores oscuros. Alba, en cambio, seguía prefiriendo su sencilla ropa de mezclilla. De todos modos, ella no necesitaba hacer mucho para llamar la atención, bastó la forma en que agitó su cabellera rojiza al dejarse caer en el asiento para que las miradas terminaran en nuestra mesa.

—Hola, Emiliano —me saludó contenta Miriam. Por su expresión relajada tuve la impresión que era un respiro tener un momento libre—. Es un gusto verte tan bien —dijo acomodando su bolso con toda la clase que una persona se podía permitir—. Que lindo de tu parte invitarnos a comer —me agradeció.

El club de los rechazadosWhere stories live. Discover now