-Lluvia-

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Disclamer: Todos los personajes y parte de la trama pertenecen a los simpáticos Thomas Astruc y Jeremy Zag, participo en este reto por pura diversión y traer algo de alegría al fandom.

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Día 1: Lluvia

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El día uno de Mayo amaneció con el cielo encapotado. Los nubarrones preñados ofrecían un espectáculo desolador o al menos eso pensaba Adrien al mirar a través de los grandes ventanales de su habitación acorazada.

Suspiraba sin cesar, con la nariz apoyada en el cristal helado. Los picos y salientes de los edificios que atisbaba al otro lado parecían los riscos de unas montañas negras en medio de un paisaje cavernoso. Su estado de ánimo no era el más halagüeño; los sucesos del día anterior le habían dejado para el arrastre. Había reflexionado sobre ellos en su mente sin que se le ocurriera ni una sola idea buena para mejorar la situación en la que se encontraba ahora con Kagami salvo, quizás, hacer lo que ella le había dicho y esperar a que fuera la chica quien tomara la iniciativa de volver a verle.

Adrien sabía que era bueno siguiendo las indicaciones de los demás.

En su mano derecha apretaba, sin pensar mucho en ello, el amuleto encantado de Marinette. No lo miraba, solo le reconfortaba de algún modo sentir la forma de las piezas en su palma, la calidez de su superficie después de sostenerlo por horas.

Resopló.

—Plagg —musito—. Garras Fuera.

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Recorrió la ciudad sin su habitual explosión de alegría palpitándole en el pecho. Todo estaba emborronado de gris a su alrededor y se sintió integrado y acogido por esas sucias tonalidades y la espantosa climatología.

La lluvia no tardó en aparecer.

Gruesos goterones primaverales salpicaron las calles de Paris, ensombreciendo aún más los suelos y engordando las fluidas aguas del Sena. Pero Chat Noir, agradecido de que la gente se resguardara en sus casas en lugar de estar en las calles, continuó su travesía sin preocuparse realmente por el clima. Dejó que su mente culpable se acoplara a los armoniosos y constantes chasquidos que hacía su bastón sobre el asfalto.

Crack, crack, crack...

Perdido en ese sonido, entre figuras de edificios desdibujados por la capa de agua que barría todo, notó que su pelo y parte de su rostro se enfriaban y el paisaje se iba volviendo más negro en torno a él.

Como si algo malvado le persiguiera para recordarle que no se había portado del todo bien.

Lamentaba haber perdido a Kagami como novia, sí. Pero más lamentaba haberla perdido como amiga. No estaba seguro de si era un buen novio (a la vista había quedado claro que no daba la talla en ese papel), pero había llegado a pensar que sí sabía ser un buen amigo. No estaba preparado para lo que implicaba un rechazo tan duro, tan lacerante como ese.

Crack, crack, crack...

Podía haber hecho las cosas mejor, sí, pero aún ahora no veía la forma. Había mentido cuando no le había quedado más remedio. Pero había una mentira que nunca había dicho porque era dolorosamente consciente de cuáles eran sus auténticos sentimientos.

Se había esforzado. Había deseado estar a la altura pero, como en muchas otros aspectos de su vida, lo que ansiaba su corazón seguía estando fuera de su control.

Maullidos a la Luz de la Luna (Reto Marichat May 2021)Where stories live. Discover now