-Princesa y Caballero (AU)-

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Día 8: Princesa y caballero (au)

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Capítulo 2

-En el que Marinette recibe una noticia inesperada-

La noche había caído sobre Market Chipping mientras Marinette regresaba del último reparto del día. Y aunque los pies le dolían después de tanto caminar por los suelos adoquinados de la ciudad, por fin había terminado.

Una tarta de merengue para la familia Rossi escribió en su mente y acto seguido, lo tachó con satisfacción. Entregada. Para ser el último encargo había sido el más desagradable. La tarta era un obsequio de los padres para animar a su hijita Lila; ella, al igual que muchas otras jóvenes de la ciudad, andaba deprimida desde el día de la Ceremonia de las Flores.

Como cada año, los días posteriores a la ceremonia, ocurría un fenómeno muy interesante. La población se dividía en dos grupos de personas; por un lado estaban las jóvenes felices que, al haber recibido la ansiada flor, se ponían como locas a organizar su próximo enlace, y por otro estaba ese desdichado grupo de pretendientes rechazados y damas que no habían sido pedidas en matrimonio.

Ambos grupos eran igual de molestos, en realidad. Los comercios se llenaban de familias ansiosas por comprar y reservar todo tipo de enseres para el gran día, chicas extasiadas que acudían a la panadería de sus padres, respaldadas por sus gritonas madres que exigían tal o cual sabor en el pastel o ridículas y extravagantes decoraciones con el glaseado. Pero también estaban las que no podían dejar de llorar por las esquinas de la ciudad o los chicos que respondían con puñetazos ante la mención de aquel terrible día.

Mayo en un caos... determinó la chica, tirando de la falda del vestido para escalar una cuesta empinada.

Alcanzó la cima a tiempo de oír cómo se extinguía el silbido furioso del último tranvía del día. Dejó tras de sí una negra nube de humo que flotó sobre los raíles, Marinette esperó a que esta se deshiciera en el aire para transitar el puente de piedra que había sobre las vías. No era un paso muy elevado pero conectaba la zona alta y la baja de la ciudad.

Al otro lado, vio al encargado de encender las farolas de leña subido a su escalera de madera. Observó como la luz anaranjada prendía con un chispazo y dedicó una sonrisa cordial al hombre cuando este la saludó con la mano.

Las calles empezaron a iluminarse con el fuego mientras las estrellas despertaban con pereza.

Se apoyó en la delgada barandilla del puente y descansó un momento. El horizonte aún se aferraba a las últimas luces del día, los picudos e irregulares tejados de las casitas de la parte baja se recortaban en su luz como una línea torcida. Cerró los ojos y aspiró con su nariz los distintos matices que cabalgaban sobre la corriente de aire; los olores de las cenas que empezaban a servirse en las casas cercanas se mezclaron con los restos del carbón suspendido en el aire y el aroma de la madera quemada.

Suspiró, vaciando sus pulmones y se regodeó en el silencio que comenzaba a invadir las calles. Nada que ver con el jaleo que se había instalado en la panadería los últimos días.

Ese año Marinette podía añadir un nuevo grupo de personas decepcionadas con la Ceremonia de las Flores; el de todos aquellos (sobre todo mujeres) que habían quedado defraudadas cuando el sobrino del rey faltó a su cita en la Plaza Mayor.

Su ausencia después de que el Rey prometiera que el joven Caballero acudiría para prometerse con una chica del lugar, había sido todo una conmoción. Muchas habían puesto sus esperanzas en ser las elegidas y, tras semejante decepción, se mostraban furiosas.

Maullidos a la Luz de la Luna (Reto Marichat May 2021)Where stories live. Discover now