epílogo

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El funeral de Seokjin fue discreto. No hubo noticias por parte de la prensa, él no hubiera querido que algo se traspapelase y su empresa y Taehyung hubieran tenido problemas con la justicia.

En la pequeña sala se encontraban Taehyung, Jimin y el cuerpo de su amado. Fuera les resguardaban un par de guardias de seguridad. El menor estaba de pie, frente al féretro de Seokjin, con la mirada perdida entre los anillos de la madera oscura; su amigo acompañándole, unos pasos más hacia atrás.

Jimin no podía levantar los ojos del suelo. Aunque de vez en cuando pensaba en mirar a Taehyung, para comprobar cómo estaba, pero era imposible para él. Era probable que incluso ni siquiera le hubiera mirado a los ojos desde el accidente, a pesar de haber estado a su lado desde entonces, durmiendo y comiendo con él (bueno, lo poco que habían conseguido comer y dormir). Sentía que era su culpa.

— Jimin.

El chico observó la cara de su amigo por primera vez en muchas horas. Cuando se giró, Taehyung le mostró sus ojos cristalinos, llenos de tristeza y dolor, por encima de unas enormes ojeras provocadas por el cansancio, por la falta de sueño. Tal vista le hizo dar un vuelco al corazón. Aun así, Taehyung de mantenía en una postura firme, con las manos juntadas.

— Quiero estar a solas con él.

Asintió, comprensivo, pasó una mano por su hombro y dio media vuelta para abandonar el lugar, el suave sonido del tacón de sus zapatos haciendo algo de eco en la sala.

Taehyung dio unos pasos hacia delante, para tener una mejor visión de la cara de su amado. Intentó contener las lágrimas mirando hacia el techo, pero le fue inevitable. Se arrodilló como hizo el día anterior justo después de que Seokjin perdiera la vida, pero esta vez apoyó la frente contra la estructura de madera.

— Te echo de menos -confesó con su voz rota-. La noche en la que no he dormido en tus brazos ha sido peor que cualquier pesadilla. No sé cómo voy a poder seguir sin ti. Encontraré la manera de hacerlo. Por mí... y por ti. Siempre te querré.

Se derrumbó, poniendo una mano sobre su boca para no hacer mucho ruido. Pero sus llantos reprimidos era lo único que podía oírse allí.

( . . . )

La figura de alguien destacó en el campo de visión de Jimin cuando salió del recinto, la calle se encontraba desierta ya que era una hora muy temprana en la mañana. Era Yoongi, el hombre del laboratorio. Sabía que tenían que hablar pronto, pero no podían hacerse ver a la luz del día, así que el mayor comenzó a caminar calle abajo, hasta llegar al aparcamiento donde había dejado su coche. Le hizo un leve gesto con disimulo con la cabeza a Jimin para que siguiera su vehículo, el cual captó al momento.

Jimin se acercó a su motocicleta, aparcada a unos metros del tanatorio privado, se puso el casco y marchó con disimulo tras de él.

Una vez Yoongi consideró que se hallaban lo suficientemente lejos de Taehyung y de cualquier persona que pudiera reconocerlos, entró a un parking subterráneo. Apagó la radio, giró las llaves del coche y esperó a que Jimin se montara en el asiento del copiloto. Cuando llegó, se quitó el casco y lo dejó en la parte de atrás del vehículo.

— ¿Cómo estás? -preguntó Yoongi.

— Mal, para qué mentir. Pero Taehyung se encuentra peor.

— Me lo imagino -admitió-. Nadie sabe nada, ¿verdad?

— No, no. Tranquilo.

— ¿Taehyung no sabe nada sobre... esto...?

Los labios de Jimin pronunciaron un débil "no" antes de que sus ojos comenzaran a llorar, tras tanto tiempo aguantando las lágrimas. En silencio, Yoongi se quitó el cinturón y rodeó como pudo con sus brazos al chico, que lloró en su hombro durante un rato.

no gods, just us | hopekook +18Where stories live. Discover now