seis

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Empresas Kim, sede central.

— Señor Kim, ¿sabe algo sobre Jeon?

El hombre de negocios estaba en su silla, girado, mirando al infinito del ventanal de su despacho como si se tratara del protagonista de una serie de suspense. Daba pequeños golpes al brazo de su silla con los dedos, siguiendo un ritmo inventado. Le hervía la sangre, y más cuando su ayudante le hizo esa pregunta estúpida. Apretó la mandíbula para intentar calmarse, cosa que no consiguió y procedió a darse la vuelta para confrontar al chico.

— No lo sé. ¿Sé algo sobre Jeon? -se burló agresivamente- Claro que no. Yo debería de hacerte esa pregunta a ti. ¿No te parece? 

Las piernas de Taehyung se sintieron débiles ante las palabras de su superior. Más que una serie policíaca, parecía algo como Cincuenta Sombras de Grey. Pero temía por su culo, de verdad. Su jefe sabía separar muy bien el sexo del trabajo y a veces al pobre chico se le daba algo mal identificarlo. Esta era una de esas veces. No era fácil trabajar para la mejor empresa de asesinos de Corea.

— Pues... J-Jeon suele desaparecer durante varios días... pero siempre suele volv-

Kim dió un golpe seco con el puño en su gran escritorio de madera, haciendo temblar todos los objetos de la mesa y también a su ayudante. Tras unos segundos de silencio, respondió.

— Sé lo que Jeon suele hacer siempre. No soy idiota. Sé que muchas veces le toca encargarse de trabajos que coinciden con algún empleado de Kang. La mayoría de las veces vuelve en el mismo día, pero cuando el empleado de Kang es -tomó aire para recuperar algo de cordura- Jung Hoseok... Oh, si es Jung Hoseok nuestro querido empleado Jeon Jungkook solamente sabe realizar un trabajo y ese es chuparle la polla. Lo sé perfectamente. ¿Por qué crees que duplico su dosis cada vez que tarda días en volver? Porque sus niveles de agresividad bajan con la alteración de sus hormonas. Y dirás, "¿Ah, por qué estás alterado Kim? ¿No se supone que volverá pronto? ¿Igual que siempre?". ¿No es eso lo que te preguntas?

Taehyung se encontraba inmóvil en medio de la sala, con los brazos pegados al cuerpo y sus ojos fijados en los de su jefe. No soportaba que no le miraran mientras hablaba, y menos cuando estaba enfadado. El chico asintió lentamente, mordiendo el interior de sus mejillas.

— Te voy a decir por qué. Porque actualmente está en la empresa de Kang. Está en la empresa de Kang con Jung Hoseok. Está en la empresa de Kang con Jung Hoseok, y lleva casi una semana sin recibir su dosis. ¿Me entiendes?

Volvió a asentir de la misma forma.

— Estaré alterado, pero no estoy preocupado -aclaró Kim-. Tarde o temprano tendrá que aparecer por las oficinas. Literalmente no puede sobrevivir sin su dosis. No tardará ni tres días en llegar aquí. Entonces...

— ¿Entonces...? -preguntó curioso el ayudante.

— Entonces ya pensaré en lo que hacer con él.

Se echó hacia atrás con la ayuda de las ruedas de su silla y se levantó con un gruñido, el dolor de espalda le estaba matando desde hace ya muchas horas. Dio la vuelta al escritorio, cada paso que daba hacía eco en la habitación silenciosa. Paró justo al lado de Taehyung, que seguía paralizado. Kim juntó los labios en una sonrisa y se movió detrás del chico, presionando su pecho contra su espalda. Estiró su cuello hasta que sus labios rozasen la oreja de su ayudante y le susurró:

— ¿Y qué puedo hacer contigo ahora?

— Seokjin...

( . . . )

Kim. Kim Seokjin. Un asesino en serie retirado a los treinta y tres años. Simplemente porque ya no tenía tiempo de ejercer debido a que había tomado el mando de la empresa de su tío tras un accidente que hizo que falleciera. Pero todo sabemos que los accidentes en este oficio no existen.

Y Kim Taehyung, ayudante (y propablemente amante) de Kim. Digamos que le gustaban los señores... como Seokjin. Pero no había llegado a su puesto por arte de magia, había labrado su posición desde que llegó a la empresa como becario hasta la actualidad. Si bien a Taehyung le gustaban los señores, al tío de Seokjin le gustaban los muchachos... podría hacérsele raro mantener relaciones con el sobrino de su difunto amante pero, sinceramente, ¿a quién le importa? No le gustaba admitirlo, pero su sobrino era como una versión mejorada de él. Además, nadie sabía nada de lo suyo entre él y Seokjin, y menos de lo suyo con el tito Kim...

( . . . )

— Kim, traigo los informes de esta semana. -una voz familiar sonó tras la puerta del despacho.

— ¡Ah, ya voy! -contestó Taehyung.

Desnudo, saltó del regazo del mayor y se dirigió a abrir la puerta. De fondo se oía a Seokjin quejarse sobre la poca seguridad y privacidad que tenía el hacer eso.

— ¿Taehy-? Oh, por dios, tápate. ¡Podrías haberme dicho que me esperara!

Vale, puede ser que sí que hubiera alguien que supiera de lo suyo con Kim.

— ¡Nos vemos para comer Jimin! -se despidió el chico cogiendo el montón de papeles y carpetas y cerrando la puerta con prisas.

Park Jimin era el mejor amigo de la infancia de Taehyung. Habían llegado a la empresa a la misma vez. Lo que antes eran bromas sobre cómo iban a trabajar "organizándoles los papeles a lo mafiosos" se convirtió en su empleo de por vida. Ambos con veinticuatro años llevan desde los veinte jurando fidelidad y confidencialidad a Kim. Era fácil, si incumplían alguna de esas cosas... podrían terminar sentados a la derecha del tito Kim.

Pero bueno, al fin y al cabo, porque una persona supiera que su amigo estaba tirándose a su jefe no iba a hacerle daño a nadie, ¿cierto? Bros before hoes, como se suele decir.

<< Quisiera no haber tenido que verle el pito a mi jefe al fondo del despacho...>> pensó Jimin caminando pasillo abajo buscando una máquina de té para relajarse. No quería esa visión en la mente.

no gods, just us | hopekook +18Where stories live. Discover now