cuatro

839 74 23
                                    

A primera hora de la mañana del siguiente día, ya estaban de pie frente al despacho de Kang, esperando comandos. Habían dormido juntos, en la misma cama, pero espalda contra espalda (¿culo contra culo?). La cama no era muy grande, no estaba pensada para que dos personas adultas de un tamaño considerable descansaran.

─ Entonces anoche me desmayé.

─ Sí.

─ ¿Porque...?

─ No lo sé. -mintió Jungkook.

Hoseok cruzó los brazos y se sentó en una butaca cercana. Su pelo castaño con mechas rubias, peinado en un apartado central, caía sobre sus ojos. Necesitaba un corte de pelo para trabajar mejor. Dejando eso a parte, no creía mucho en las palabras de Jungkook, sabiendo sobre su historial de intentos de asesinato. Pero estaba vivo, así que no le iba a dar más vueltas.

La puerta del despacho de Kang se abrió de par en par; un chico alto, esbelto y con unas piernas de vértigo (según los ojos de Jungkook) salía de allí con cara de pocos amigos. Primero miró a Hoseok y le saludó con la cabeza, luego a Jungkook, pero solamente recibió una mirada que, por cierto, hizo que el menor cerrara las piernas lentamente que antes tenía abiertas cómodamente sentado. Cuando apartó la vista, Jungkook se incorporó, nervioso y puede que algo sexualmente confuso. Cerró la puerta tras de sí.

─ ¿Qué hay de nuevo, hyung? -preguntó Hoseok.

─ ¿Nuevo? De nuevo nada. Como puedes ver, lo mismo de siempre.

─ No quiere cambiar tu objetivo.

─ No quiere cambiar mi objetivo.

Toda la habitación (es decir, ellos tres) se quedó en silencio durante unos segundos.

─ No quiero hablar de ello -prosiguió el chico-. ¿Quién es él?

─ Jeon Jungkook. Trabaja para Kim, pero no te alarmes, estamos... cooperando -puso una mano en su hombro como signo de tranquilidad-. Jungkook, este es Kim Namjoon, también trabaja con nosotros.

El mayor soltó una sonrisa incómoda y le extendió la mano para estrechársela al joven.

─ Tengo que irme ya. Lo siento. Llámame para cenar juntos, prometo que esta noche sí que iré.

─ Dicho y hecho.

Mientras que Namjoon cruzaba el pasillo de espaldas a ellos, Jungkook observaba como sus muslos rozaban el uno con el otro en esos pantalones negros ajustados cada vez que daba un paso. Hoseok se acercó a Jungkook y le cerró la boca con un dedo en el mentón.

─ Te van a entrar moscas si no cierras la boca...

De repente, una voz no necesariamente muy grave llamó sus nombres. Tomaron asiento en cuanto entraron al despacho, aunque Kang estaba  recuperándose todavía de la discusión que acababa de tener con Namjoon. Tomó un trago de lo que posiblemente era agua en una taza, carraspeó y miró directamente a Hoseok.

─ Tenemos que hacer algo ya con el chico -avisó el señor-. No puede estar tanto tiempo sin aparecer por sus oficinas, sería algo sospechoso. Necesitamos actuar ya.

─ Kang, tengo un plan. -afirmó Hoseok.

─ Adelante.

─ De acuerdo. Primero, Jeon, necesito que llames a Kim- no, a Kim no... a alguien que sea encargado de... no sé, a quien sea que se preocupe por ti.

─ Eeh...

─ Ha sonado mal pero me has entendido. Tienes que explicarles que estás bien, que volverás en unos días, invéntate alguna excusa.

no gods, just us | hopekook +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora