tres

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─ Y... ¿quién es tu amigo?

─ No es mi amigo. -le corrigió Hoseok.

De repente, los oídos de Jungkook volvieron a funcionar y giró rápidamente la cabeza hacia Hoseok. El chico le miró de reojo y tragó saliva, nervioso pero serio, para después mirar por la ventanilla del helicóptero.

─ Ya -prosiguió el hombre mayor-. ¿Al menos puedes decirme por qué está aquí?

─ Trabaja con Kim.

Ambos guardias sujetaron con fuerza los rifles que tenía contra su pecho, listos para volar una cabeza en especial si era necesario. Pero Hoseok negó con la cabeza para indicarles que no tenían por qué hacer nada.

─ ¿Y a qué esperas para matarlo? -preguntó firmemente- Podemos enviarle, no sé, un dedo suyo al entrañable Kim.

Esas palabras alarmaron a Jungkook, pero no perdió la compostura. ¿Estaba ya el efecto de su droga desvaneciéndose? Débil, se volvía débil. Nunca había pasado tan rápido como ahora.

─ No -estableció Hoseok-. Le necesitamos.

─ ¿Para qué, exactamente?

─ No hay nada mejor que atacarle desde dentro. El ego de Kim sobre su poderoso "ejército" siempre ha sido enorme. Confía en los suyos. Tan sólo tenemos que... poner a Jeon de nuestra parte.

El señor mayor parecía sufrir de un repentino dolor de cabeza provocado por Hoseok. Masajeó su frente con las yemas de sus dedos y se recostó sobre el sillón del vehículo.

─ ¿Sabes qué? Sí, haremos eso. La otra opción sería matarle. No obstante, es carne fresca. Y espero que de la buena -miró al más jóven-. Ahora estamos llegando a la base, haremos un interrogatorio y, si todo sale bien, todos tendremos la noche libre.

─ De acuerdo, Kang. -acató Hoseok.

Las puertas del helicóptero se abrieron de par en par. No pasó ni un segundo para que Jungkook intentara escapar de allí. Se levantó rápidamente y pataleó hacia la salida, intentando esquivar las piernas del resto de los pasajeros. Pero tampoco tardaron mucho en reaccionar los corpulentos guardias cercanos a la puerta, que cogieron por las piernas al chico, haciendo que cayera de bruces al suelo de la terraza en la que acababan de aterrizar. Uno de los hombres redujo a Jungkook poniéndose encima suya.

Hoseok se bajó tras ellos y se puso de cuclillas, frente a Jungkook.

─ Parece que te gusta eso de comer asfalto, ¿me equivoco?

─ Eres un hijo de puta.

─ ¡Eh! -se ofendió sarcásticamente- No metas a mi madre en esto, ¿no quieres conocerla algún día?

El mayor recobró la compostura y se dirigió hacia las escaleras que bajaban a sus oficinas, sin dirigir mirada al resto. Jungkook fue arrastrado hasta su destino.

.   .   .

─ ¿Entonces has dicho que Kim entrena a niños raptándolos de guarderías y regalándoles piruletas como recompensa? -preguntó Kang, sorprendido.

─ Claro. -Jungkook sonreía de medio lado.

─ Joder, Kang. Parece mentira que casi duplique mi edad. ¿No ve que nos está mintiendo? Se está burlando de nosotros.

Ambos miraron a Hoseok. Kang algo malhumorado. Jungkook... no sabría describirlo, le podría resultar hasta caliente. Hoseok se acercó desde la pared donde estaba recostado y cogió impulso con el puño. Golpeó la cara del chico tan fuerte que se tambaleó en su silla donde estaba esposado. Intentó devolverle el golpe, una pena que sus manos estuvieran inmóviles en su espalda.

no gods, just us | hopekook +18Where stories live. Discover now