Capítulo XXXIV: Nosotros.

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Lysander suspiró y miró a Cassandra a los ojos, aquella mirada cálida estaba enfocada en él y a la expectativa de lo que pudiese decir. Lysander no sabía qué hacer, no entendía por qué sentía la repentina necesidad de contarle todos sus demonios a Cassie, aquella chica le inspiraba confianza y tranquilidad, algo que casi nadie lograba, su círculo social es demasiado pequeño y a Lysander en realidad no le importaba.

Aquella necesidad de hablar, de decirle lo que ocurrió con su madre era abrumadora, quizás porque era algo que se había guardado durante muchísimo tiempo.

Quizás necesitaba hablarlo para dejarlo ir por fin.

— Selene no tiene la culpa por la enfermedad que tiene —empezó a hablar mientras Cassandra apoyaba el rostro en su mano y le prestaba especial atención —Ella fue diagnosticada desde la infancia y quizás si hubiésemos tenido otros padres, su comportamiento y todo no se habría agraviado tanto.

—¿Es culpa de tus padres? —preguntó la joven.

—En gran medida sí —admitió Lysander y decidió fijar su mirada en un punto a la distancia, por algún motivo se sentía incapaz de sostener la mirada de Cassandra — Sobre todo de mi madre, verás... Para ella no fue fácil, ella vivía mucho de las apariencias y tener una hija defectuosa... Creo que le hizo perder la mente.

Sí, su madre no siempre había sido así, de hecho fue empeorando conforme pasaba el tiempo, haciéndose cada vez más severa y agresiva con sus hijos. Tomando medidas desesperadas para mantener el engaño de que Selene era la hija perfecta y haciendo que él tomara el papel de su hermana, mostrándolo ante sus amigos y conocidos, haciéndolo dudar de sí mismo.

— Mi familia es muy adinerada, desde mis abuelos, son personas que siempre han desarrollado empresas y creado vínculos con personas importantes — contó Lysander, siguiendo con la historia, aún no sabía si omitir algunos detalles o contar toda la cruda realidad tal cual fue— Mis padres se rodeaban de senadores, directores de importantes compañías, representantes de comunidades, emprendedores exitosos... Todo su círculo social eran personas con dinero, poder e influencia, y aunque muchos de ellos eran personas tranquilas e incluso despreocupadas, habían otros que no, vivían mucho de su apariencia, de sus lujos, de mostrar sus magnificas vidas y regodearse de lo mismo.

El semblante de Cassandra se entristeció, era de esperarse, el tono de Lysander era caído, le costaba recordar cada momento que vivió y aunque le dolía admitirlo, ahora que lo estaba contando, recordó que sintió un gran alivio cuando... Su madre murió.

—No me imagino la presión que debiste haber vivido, lo siento mucho —añadió Cassandra, posando su delicada mano sobre la mano de Lysander, expresándole su apoyo en un simple pero valioso gesto.

— Fue horrible —Lysander le dio la razón, él tragó saliva con dificultad, se pasó una mano por el cabello y prosiguió con su relato:— Cuando Selene fue diagnosticada nuestra madre se rompió, su mundo de felicidad se rompió, la familia perfecta que tanto quería se desvaneció y eso la afectó... Tanto así que mantenía encerrada a Selene, la maltrato física y emocionalmente durante años y... A mí también, en otras medidas.

Lysander respiró profundamente, ahí estaba, el punto que más le afectaba, una piedra en su camino que le hizo dudar de su identidad durante años. No sabía si admitir ante Cassandra algo tan personal, algo que le hizo sentir inseguro de sí mismo; durante su adolescencia Lysander luchó contra el dilema en el que su madre lo había metido, siempre se había sentido raro consigo mismo pero logró afrontarlo y poco a poco con los años se dio cuenta que esa idea concebida por su madre era errónea, él no lucía nada femenino, ni se sentía bien utilizando ropa de mujer.

Siempre se sintió incorrecto.

Fuera de lugar.

Extraño.

— Para la mayoría de reuniones sociales mi madre me hacía pasar por Selene —soltó Lysander y vio los ojos de Cassandra llenarse de sorpresa, pero no perdió la valentía y siguió hablando— siempre ocurrió cuando yo era más pequeño, hubo un momento en el que ya no pudo hacerlo y nos dejaban a los dos en casa, pero siempre separados y mi madre se esforzó tanto como pudo en mantener la mentira, para ella era tan importante que su familia fuese perfecta, que nada nos ocurría, que todo estaba bien, ella estaba obsesionada. 

Durante los siguientes segundos, el silenció reinó en la mesa, Cassie parecía estar pensando cuidadosamente qué decir a continuación ante semenjante bombardeo de información que él había soltado... Pero Lysander se sentía aliviado, un peso que cargaba dentro de sí mismo se desvaneció y le permitió saborear la tranquilidad durante unos instantes, se sintió alegre de habérselo contado.

— Lysander.

La seriedad con la que Cassie dijo su nombre lo llevó a mirarla directamente a los ojos, con sus miradas se saboreó un momento de intimidad y compresión.

— Eres una de las personas más talentosas que he conocido en este lugar, es evidente que contármelo fue difícil para ti, lo pude notar, pero eso no cambia la manera en qué te veo: inteligente, fuerte, creativo y podría decir mucho más, de los tantos detalles que he notado de ti y que me gustan —ella miró hacia abajo un instante antes de continuar — sé que hay situaciones complejas y cada quién tiene problemas con los que lidiar, pero el pasado no te define y si necesitas mi apoyo, con cualquier cosa, puedes pedirlo, sé lo difícil que puede llegar a ser la vida.

Lysander colocó una mano en la nuca de Cassandra, acercándola.

Y la besó.

Era evidente que ella estaba sorprendida por el repentino movimiento pero no pasó ni un segundo cuando continúo su beso, instándolo a más. Él sostuvo el rostro de ella entre sus manos mientras profundizaba el beso, lamiendo un poco sus labios, lento al principio, como si quisiera saborear cada instante, un poco más rápido, iban al compás del otro mientras se acercaban. 

Cassandra puso su mano en el pecho y deslizó la otra en su cabello, guiándolo más cerca.

Lysander se alejó, no porque quisiera, de hecho quería continuar pero estaban en la cafetería del instituto y sentía que podrían llamar la atención más de lo deseado.

El rostro de Cassandra enrojeció.

¡Gracias por leer! Espero que te haya gustado el capítulo

Lo prometido es deuda, llegaron a 60 estrellitas y aquí está el capítulo <3 quizás me demoré un poquito más de lo esperado pero es que me encontré un gatito bebé y lo estuve cuidando todo el fin de semana y me quitó bastante tiempo.

Tengo pensando nombrarlo Merlín ¿Tienen más sugerencias de nombres? Gato macho, colores: blanco y gris.

Siguiente parte: 60 estrellitas <3

MonocromáticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora