CAPÍTULO 12

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Diana de gales

Todo había mejorado las últimas semanas, creía realmente en el cambio de Carlos, todo había sido de gran ayuda en nuestro matrimonio y los momentos en familia habían aumentado en gran parte.

Aunque no se podía descartar que Camila aún seguía en nuestras vidas, que por ahora seguía siendo un problema el cual afrontar.

Miraba el jardín de Kensington mientras no podía mover un solo dedo, el solo pestañear y mantener mi posición sin poder perderla. Frente a mi se encontraba un cuadro y frente a él un pintor, el cual nos miraba y pintaba sobre el papel blanco y sus manos hacían cada detalle. También había tomado algunas fotografías para guiarse después y darle los últimos toques a la pintura. Sin embargo la mayor parte debía hacerla ahora, Carlos estaba a mi lado y sostenía mi mano. Llevábamos aproximadamente dos horas aquí, según el pintor solo necesitaría tres horas de nuestro tiempo y lo demás lo haría el.

Carlos tenía que atender varios asuntos durante la mañana, en la tarde teníamos una sesión de fotos junto a nuestros hijos para ser portada de revista en la cual se anunciaria la celebración de nuestro aniversario, después tendríamos un evento que atender y cerrariamos el día con una cena política en Buckinham.

Nuestro día empezó muy temprano y la razón principal había sido la pintura, además de que para atender todos los asuntos del día había que levantarnos temprano. No habíamos desayunado aún, justo a las seis de la mañana el pintor estuvo con nosotros, por ende Carlos y yo nos despertamos a las cinco de la mañana para tener el tiempo suficiente para arreglarnos. El pintor sólo estaría hasta las nueve con nosotros, para eso ya faltaba una hora o menos.

Senti un fuerte mareo e hize mi mayor esfuerzo por no moverme, sentí un dolor punzante en mi cabeza y como por un segundo todo me daba vueltas, cerré los ojos y tomé un respiro. Por un momento quize mover mi mano y sostener mi cabeza sin embargo me contuve.

—¿todo bien?—pregunta Carlos moviéndose sin importarle en lo absoluto la pintura.

—senti un mareo, pero seguramente es porque aún no he desayunado—mostré mi mejor actitud y le brinde una sonrisa.

—su alteza podría mirar hacia acá y no moverse, falta solo media hora para terminar.

—supongo que ya tiene gran parte del retrato, complete lo demás con las fotografías.

—no es necesario—llamo la atención de Carlos.—ya solo faltan veintinueve minutos.

Carlos duda un momento y voltea a mirar al frente nuevamente en forma de que dejara que terminen con el retrato.

No habia comido y seguramente el mareo se deba a que no he desayunado aún, así que por inercia respire y espere a que pasarán los minutos restantes para que esto acabará.

Cuando finalmente todo acabó agradecimos al pintor y entramos al palacio.

Al estar dentro tome un respiro y tome dirección a la mesa del comedor, al llegar pude ver a las mujeres arreglar la mesa y empezar a servir el desayuno.

—¿los niños ya se despertaron?—pregunte a una de las niñeras.

—si su alteza, los niños acaban de despertarse.

—traiganlos para que desayunen con nosotros, por favor—pedí con una sonrisa. Ellas hicieron una reverencia y fueron por los niños.

Me senté en una de las sillas de la mesa y espere un poco hasta que vi entrar a Carlos junto a Harry y William quienes sobaban sus ojos, era claro que acababan de despertarse.

—todo se mira delicioso—comente a Carlos quien se sentó en la mesa.

—tienes razón.

El desayuno fue un buen momento en familia, Harry y William comieron entusiasmados después de estar durante unos segundos analizando sus platos.

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