CAPÍTULO 21

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Diana de Gales

Miraba como los característicos colores del amanecer se empezaban a hacer presentes mientras el avión empezaba a despegar. Por circunstancias obvias, regresariamos a Londres. Habíamos estado en Balmoral viendo como los bomberos hacían su mejor trabajo para apagar las llamas que consumían al palacio. Aún no podía asimilar todo lo que había pasado y todavía estaba procesando todo lo que había sentido en ese momento. Vimos las llamas irse poco a poco, pero no pudimos permanecer ahí, pues fueron cuestión de minutos para que la prensa y paparazzis se empezaran acercar al lugar, por ende lo mejor fue irnos. Solo pude escuchar que la reina dejó encargado a alguien antes de irnos de ahí.

Pero mis pensamientos estaban perdidos en las palabras que Carlos había mencionado.

El día en el que Carlos fue con los niños a Buckingham minutos antes de salir de Kensington el había recibido una carta, con palabras realmente amenazantes y principalmente hacia nuestra familia. Al principio solo lo tomo como una broma y decidió ir a Buckingham como el me lo había dicho. Sin embargo cuando llego al palacio se percato de otro mensaje en el sobre donde venía metida la carta, un detalle que demostraba que la persona que había enviado la carta realmente tenía información sobre nosotros, primero pensó en Camila, al igual que yo, pero se dio cuenta que ni siquiera ella tenía esa información y que ella lo hubiera amenazado directamente, era información que la prensa nunca obtuvo. Fue en ese momento cuando Carlos dejó a los niños en Buckingham y se dirigió con el detective privado de la familia, con el cual estuvo varias horas. Por eso no pudo llegar por William y Harry. Estuvieron viendo y analizando de quien podría tratarse y aún así no lo consiguieron, el detective sugirió que revisaran las letras de todo el personal de los palacios, por ende sería un trabajo que conllevaría días. Carlos se dirigió a Buckingham en la noche y le contó la situación a sus padres, también les pidió que no me contaran nada de lo que estaba pasando, para no preocuparme. Revisaron la letra del personal de servicio de Buckingham durante toda la noche y finalmente, no encontraron ninguna que coincidiera, pero aún faltaba el personal de seguridad. Por esta razón Carlos llegó al otro día frustrado, pues odiaba saber el peligro que corríamos. Después de nuestra discusión, el había entrado a la habitación y miro la carta que me había llegado a mi, que contenía la misma letra y al igual que su carta solo estaba las letras de "anónimo". El se alarmó mucho más y llamó en ese instante al detective y le dio la carta, ya después pasó todo. Una vez salimos del hospital y tan solo minutos antes de irnos a Balmoral el recibió una carta, en la cual se advertía sobre lo que pasaría, el incendio. El le pidió a sus padres que se lo entregaran al detective para seguir con la investigación. El día en el cual el regreso a Londres, fue porque el detective le dijo mediante la llamada que ya tenían a la persona la cual escribió las cartas. Sin embargo este no era el principal autor, el hombre confesó que necesitaba el poco dinero que la persona que lo había contratado le pagaba, pues tenía una familia humilde. Después de decir el nombre del autor principal finalmente lo pudieron atrapar, Brad. En un principio Brad había seguido amenazando a Carlos, para en cuestión de segundos decirle que me protegiera del incendio. También se supo que el hombre que ocasionó el incendio era un familiar de Brad, y fue el mismo que nos llevó a mi y a mis hijos en dirección al vidrio, con la intención de que murieramos ahí. Carlos advirtió a los bomberos lo que pasaría, así ellos pudieron actuar a tiempo.

Todo me había dejado totalmente impactada, pues de todas las personas que pensaba que hubieran podido planear esto, la última persona en la cual me imaginaba era en Brad.

Aún así me sentía un poco enojada con Carlos, pues hubiera preferido que me dijiera todo y me tuviera al tanto de lo que estaba pasando. Aunque también entendía sus razones.

Mire mi mano la cual estaba vendada, pues aunque la cortadoras eran pequeñas me causaban mucho ardor, así que al estar vendada ayudaba un poco con esto y a que las heridas se cerraran mucho más rápido.

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