CAPÍTULO 26

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Diana De Gales

Miraba a Harry y William mirar con curiosidad a sus hermanas, las cuales dormían profundamente. Ellos ni siquiera las habían acariciado, pues al parecer sentía que les harían daño. Los dos no dejaban de preguntar el por que las niñas eran tan pequeñas, por que no podían hablar o el por que no se paraban. Preguntas las cuales nos causaban gracia.

Había llegado hace algunas horas a Kensington, pues me habían dado de alta en horas de la mañana.

La salida del hospital había sido toda una locura. Pues como era de esperarse, los paparazzis, periodistas, acompañados de cámaras con fuertes luces nos estaban esperando. Impactaron con fuerza sobre nosotros al darse cuenta que Carlos sostenía a una bebé y yo a la otra. Gracias al frío que había fuera, no habíamos dado mucho tiempo de que tomarán demasiadas fotos, aunque con la gran cantidad de periodistas que estaban fueran, seguramente ya habrían muchas. Para el periódico de mañana lo más seguro es que los titulares harán el anuncio de la gran sorpresa.

Además de que las noticias las darían hoy. La BBC se encargará de dar la noticia de que son niñas, pues al salir del hospital las pequeñas estaban vestidas de blanco. Aunque el palacio había anunciado el nacimiento, no habían anunciado que eran niñas. Así que se lo encargaron a la BBC.

La reina y el duque habían venido a Kensington, para poder conocer a las pequeñas. Habían permanecido al rededor de dos horas aquí, después tuvieron que marcharse ya que la reina tenía que atender algunos asuntos.

Carlos se sentó a mi lado llamando mi atención. El no dejaba de ver la escena frente a nosotros, pues era tierno y divertido a la vez ver como William y Harry trataban levemente las pequeñas manos de sus hermanas, y al momento de hacerlo voltearse a ver como si fuera lo más extraño del mundo.

—ella tiene un lunar—William le dice a su hermano, mientras señala el lunar en la mano izquierda de su hermana.—y ella no.

—¿por qué tiene el cabello oscuro?

William se encogió de hombros haciendo saber que no tenía la respuesta.

—¿mamá de donde vienen los bebés?—William se separa de sus hermanas y se acerca a nosotros, en su rostro se pinta la curiosidad.

Su pregunta nos causa una leve risa, Carlos y yo nos miramos por un momento, intentando saber que le diríamos.

Miro a Harry el cual no presta atención a su hermano, ni a nosotros. Sigue concentrado en las pequeñas.

Carlos carga a Wiliam en sus piernas y el pequeño espera con ansias la respuesta a su pregunta.

—cuando seas grande, lo sabrás—responde Carlos sonriente.

Que respuesta.

—¿y por qué no ahora?

—porque no tienes edad—en ese instante una de las bebés se despierta, empieza a llorar sonoramente.—ahora, vamos a ver que pasa con tu hermana.

William asiente y se baja de las piernas de su padre para dirigirse hasta donde su hermana. Los dos, Harry y William miran con atención los ojos de su hermana.

—son del mismo color de mamá—menciona Harry.

—y del nuestro—dice William.

—niños, no les gustaría ir a jugar—Carlos dice tomándolos de la mano.

Ellos asienten en el momento salen de la habitación en compañía de su padre.

Me levantó de la cama al ver que el llanto de la bebé no cesa, seguramente tiene hambre, pues había comido un poco antes de que llegarán sus abuelos, paternos por supuesto. Pues mis padres no se habían comunicado conmigo, como siempre.

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