Libro 1
Hydra Cassiopeia Potter, la elegida, la niña que vivió, una agente especial entrenada...alto,
¿Agente especial entrenada?
Si, en esta historia de un mundo alterno dónde Harry Potter en realidad es una chica rubia con muchos secretos y resp...
Luego de un tiempo llego el 31 de julio, el cumpleaños de Hydra. Para ella, su cumpleaños no era la gran cosa. No lo veía como Dudley o los niños de su clase. Para ella es solo un día más del año, dónde sus tíos la llevan al parque o al cine y le dan regalos.
Pero ese cumpleaños era distinto. Cumplía 11, su tía le había hablado de ese día. Pues llegaría su carta de Hogwarts y al fin conocería el mundo que tanto amaban sus padres.
Oh querida Hydra, ¿Y si te digo que conocerás más que el simple mundo de tus padres?
(...)
Después de un día divertido en el parque de diversiones, y haber comido una deliciosa torta de fresa. Hydra, llegó a su casa, recogió sus regalos junto a su esperada carta, dió las gracias y fue a su habitación.
Se sentó en su cama y empezó a abrir sus regalos.
Su tía y tío le regalaron un set de maquillaje, varios accesorios y un poco de ropa.
Dudley, le dió dulces y unas florecitas blancas, cómo esas que encuentras en el pasto.
Dejo esas a un lado y abrió tres regalos más. Cada año, recibía regalos y cartas de unos S.S, R.J.L, R.R.
S.S le envío un extraño libro, decía ser de pociones, junto a una carta.
Querida Hydra:
Feliz cumpleaños, te envio este libro se que si lo lees con atención, te servirá más de lo que crees.
Este año por fin sabrás quien soy.
Con cariño, S.S
El siguiente regalo era una hermosa tiara con diamantes negros.
Para la próxima princesa de Hogwarts, has que tu madre se sienta orgullosa.
R.R
Y el último, era un set con pergaminos amarillentos y plumas de distintos tipos. Supuso que con eso escribiría en Hogwarts.
Para que practiques tu ortografía.
R.J.L
Vaya, al parecer S.S es el único que se digna a escribir las simples palabras Querida Hydra. Porque, R.R y R.J.L ni un cómo estás.
Emocionada por sus regalos, tomo la tiara y fue a su espejo, con suma delicadeza, saco el broche que impedía que la cascada rubia cayera sobre sus hombros, y su cabello se dejó caer.
Cómo si te un cristal se tratase puso la tiara sobre su cabeza, y se admiro al espejo.
Se imagino caminando por los jardines de un castillo, con un hermoso y delicado vestido negro y zapatos de tacón plateados.
